Una consulta muy común que se realiza al oftalmólogo es la relativa a la aparición de manchas en el iris. Estas manchas, diferentes a los ojos amarillos producto de la ictericia, suelen aparecer debido a un exceso de exposición a la luz solar.
Aunque pueden llegar a ser peligrosas en algunos casos, la mayoría de las veces no revierten gravedad. No obstante, sí que es necesario llevar a cabo un seguimiento periódico de las mismas, del mismo modo que se hace con un lunar en la piel.
¿Quieres saber exactamente a qué pueden deberse las manchas en el iris? Sigue leyendo este artículo.
Índice
El iris es la membrana coloreada del ojo que separa la cámara anterior de la cámara posterior.
Se trata de una de las estructuras más llamativas y conocidas del globo ocular. Esto se debe a que destaca sobre el resto de las partes de la anatomía del ojo debido, precisamente, a su color y a la variedad de tonalidades que presenta.
Normalmente el iris no presenta un color sólido, sino un abanico de tonos, que pueden diferenciarse con mayor o menor acierto.
Respecto a las manchas en el iris del ojo, hay que tener en cuenta que se dan con mayor frecuencia en los iris de colores y tonos más claros, puesto que son más propensos a verse afectados por la luz ultravioleta. Sin embargo, esto no significa que los iris de colores más oscuros estén libres de poder manifestar este tipo de manchas.
Su función es la de calibrar la cantidad de luz que penetra en el interior del ojo. Esto lo hace mediante la contracción o dilatación de la pupila, que es la abertura oscura situada en el centro del ojo y por donde la luz pasa a su interior.
Las manchas en este órgano se identifican como crecimientos anormales de tejido, generalmente ubicados en la conjuntiva o el iris.
Las manchas pueden estar asociadas con condiciones de salud como un nevus o un melanoma ocular.
El nevus es un crecimiento de tejido común que puede desarrollarse sobre el ojo o dentro del mismo. Comúnmente conocido como peca o lunar en el ojo, un nevus puede desarrollarse en la parte frontal del ojo, alrededor del iris o, incluso, detrás en la retina.
En su mayor parte, son inofensivos y no requieren tratamiento más allá de un simple seguimiento que permita detectar cambios en su forma o color.
Cuando se producen estos cambios existe la posibilidad de que haya aparecido un melanoma ocular. El melanoma es un tipo de cáncer que se desarrolla en las células productoras de pigmento del ojo. Es el tipo más común de cáncer de ojo entre los adultos, aunque es muy raro.
Las manchas en el iris suelen estar asociadas a la acumulación de melanina. Este proceso es similar al que sucede en la piel cuando esta parte del cuerpo se sobreexpone a la luz solar o a la radiación ultravioleta.
Los melanocitos son células que producen melanina, que es la sustancia que aporta color a la piel, al pelo y a otras partes del cuerpo, como sucede en el caso del iris del ojo. Cuando la acumulación de estos melanocitos es elevada, se produce un aumento de la producción de melanina, lo que implica un oscurecimiento de la zona en donde se encuentran.
De este modo, las manchas en el iris son similares a los lunares o manchas de melanina que se dan en la piel.
En el caso de que aparezcan estas manchas es importante:
Además, los factores de riesgo para la aparición del melanoma ocular son:
Aunque la mayoría de las manchas en el iris no se pueden prevenir, existe la posibilidad de que la luz ultravioleta desempeñe un papel en el desarrollo de los nevus coroideos. Teniendo en cuenta este factor, el uso de gafas de sol durante todo el año es una forma sencilla de reducir el riesgo. Conviene elegir lentes que bloqueen los rayos ultravioletas A y B.
Hay que tener en cuenta que las manchas en iris, al igual que los lunares o manchas en la piel, son susceptibles de llegar a convertirse en melanomas. Si existen indicios de manchas en el iris, un proceso que no es muy habitual, es importante que se lleve a cabo un seguimiento del mismo de forma periódica por parte del oftalmólogo.
El médico llevará a cabo una evaluación de las manchas y, en la mayor parte de las ocasiones, determinará que no requieren tratamiento. En otras ocasiones, prescribirá medicación o tomará otras medidas.
* El iris es una membrana coloreada en la que pueden aparecer manchas de diferentes tonos. * Normalmente estas manchas tienen un carácter benigno, pero también pueden aparecer como síntoma de algunas enfermedades.
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El dolor de cabeza y ojos está asociado normalmente a la existencia de un problema de refracción no tratado; miopía, hipermetropía y/o astigmatismo.
En este artículo hablamos en profundidad sobre los dolores de ojos y cabeza relacionados con la vista y sobre el dolor detrás del ojo. Sigue leyendo si quieres saber más.
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El dolor de cabeza y ojos es una de las dolencias más frecuentes entre la población, tal y como demuestra la venta de ciertos medicamentos para contrarrestarlo.
En general, pensamos que el dolor de cabeza en la frente y ojos carece de importancia y que tiene como causa el estrés diario. De igual manera, achacamos el dolor o los pinchazos en el ojo al esfuerzo del trabajo ante la pantalla del ordenador, al estudio intensivo o a la televisión que generan fatiga visual. Si bien todos estos factores agravan el dolor de ojos, generalmente se debe a que existe alguna condición previa que nos predispone a padecer este problema.
Existe una estrecha relación entre el dolor de cabeza y los ojos, específicamente entre el dolor de cabeza y el funcionamiento o mal funcionamiento del sistema visual.
El dolor de cabeza y ojos puede sentirse tanto en el lado derecho como en el lado izquierdo y puede ir acompañado de multitud de síntomas visuales.
Las principales causas o factores desencadenantes de los dolores de cabeza y ojos son las siguientes:
Son las más frecuentes y están causadas por la tensión de los músculos del cuello y de la base de la cabeza. Habitualmente, el dolor se nota en la parte cercana al músculo, aunque se puede reflejar en otras zonas, como en las sienes o en los ojos.
Pueden venir provocadas por un cansancio excesivo, por adoptar una posición incorrecta o al pasar por un período estresante. Normalmente, son dolores puntuales y se alivian fácilmente con un medicamento analgésico o con un masaje
La migraña es una enfermedad que suele estar causada por la dilatación de las paredes de los vasos sanguíneos de la cabeza. Esta dolencia es hereditaria y puede ser difícil de identificar, ya que causa distintos síntomas según la persona. No obstante, existen algunos síntomas comunes, como son las náuseas y vómitos y el dolor discontinuo y más intenso en un lado de la cabeza.
Es un tipo poco común de dolor que sólo suele afectar a un lado de la cabeza, a un ojo y/o a la zona superior de un oído y que puede ir acompañado de síntomas como:
Los ataques, que produce un dolor intenso, tienen una duración de entre 15 minutos y 3 horas y son muy frecuentes (en muchas ocasiones, se producen a diario e, incluso, varias veces en el mismo día).
Este tipo de dolores suelen ser diferentes al dolor de cabeza común, lo que ayuda a determinar el origen. El dolor es más fuerte en la zona afectada, aunque pueda reflejarse en la cabeza.
Es una infección de los senos paranasales y produce dolor intenso alrededor de los ojos, lo cual puede llevar al error de confundir la causa del dolor de ojos y el dolor de cabeza.
Normalmente, la sinusitis también va acompañada de dolor de nariz al respirar o de congestión nasal
Los dolores de cabeza relacionados con problemas oftalmológicos suelen ser percibidos en los ojos y en la frente y se suelen manifestar como dolores de cabeza de contracción muscular.
Cuando el paciente tiene un problema refractivo (miopía, hipermetropía y/o astigmatismo) no corregido o mal corregido tiende a contraer la musculatura que rodea los ojos para mejorar el enfoque (lo que popularmente se conoce como “forzar la vista”).
Este esfuerzo, a la larga, genera fatiga visual e, incluso, un dolor de cabeza que suele estar ubicado en la frente o alrededor de los ojos, donde se sufre una sensación de peso u opresión.
Esta sensación es bastante frecuente en personas mayores de 40 o 45 años que comienzan a sufrir los primeros síntomas de la vista cansada o presbicia o en personas hipermétropes cuyo defecto visual está mal corregido.
Los síntomas que identifican a los defectos refractivos no tratados o mal corregidos son, principalmente:
Se produce tras un esfuerzo acomodativo, es decir cuando “forzamos” nuestros ojos para enfocar correctamente los objetos cercanos (el ordenador, el papel…) durante un determinado periodo de tiempo. Este problema se produce, sobre todo, si el paciente es hipermétrope.
El dolor de cabeza se produce, especialmente, cuando este problema de la alineación de los ojos no está diagnosticado ni corregido.
También se debe tener en cuenta un tipo de dolor de ojos y cabeza relacionado con la visión y que tiene su origen en el glaucoma agudo.
Este tipo de glaucoma se debe a una subida repentina de la tensión intraocular que causa un dolor muy intenso alrededor de la órbita del ojo. Este síntoma suele ir acompañado también de:
En este caso, el paciente debe acudir de forma inmediata a la consulta del oftalmólogo, ya que el glaucoma agudo requiere una atención médica urgente.
La neuritis óptica es una inflamación del nervio óptico. Aunque en un primer momento parece que esta inflamación está localizada en el propio globo ocular, en realidad afecta a la zona aledaña al ojo. Estos son algunos de los síntomas que suelen acompañar a este problema:
También se conoce como celulitis orbitaria y se caracteriza por la inflamación de los párpados, las cejas e, incluso, las mejillas. La clave en estos casos está en buscar el origen de dicha inflamación y definir el tipo de tratamiento más adecuado para cada caso.
Por lo general, estos tratamientos suelen incluir medicamentos antiinflamatorios, antibióticos o antivirales, según el origen del problema.
Otra de las causas más comunes que pueden producir dolor de ojos son los traumatismos. En estos casos, puede suceder que alguno de los nervios craneales no funcione como es debido y envíe señales al cerebro, el cual reacciona manifestando dolor en la zona.
Es importante recordar que, en el caso de sufrir un golpe o traumatismo en el ojo, debemos acudir de forma inmediata a urgencias para que un médico pueda explorarnos. Esto se debe a que, incluso cuando no se manifiestan síntomas, es posible que existan daños importantes en el ojo que solo pueden ser identificados en un centro sanitario.
Aunque no es una enfermedad propiamente visual, ya que se caracteriza por una insuficiencia suprarrenal, en algunos pacientes suele generar daños de percepción que afectan a sentidos como el gusto, el olfato, el oído y, también, la vista. Sin embargo, en casi todos los casos, se trata de daños reversibles gracias a la aplicación de un tratamiento.
Los síntomas de un dolor de cabeza dependerán del tipo de cefalea que tenga el paciente. A continuación, vamos a repasar algunos de los síntomas visuales más comunes asociados a los dolores de cabeza:
El dolor de cabeza y ojos se puede producir en el ojo izquierdo, en el ojo derecho o en ambos ojos.
Al ser tan común, el dolor de cabeza constante no suele llevarnos a la consulta del médico oftalmólogo. Sin embargo, si los dolores se extienden en el tiempo o si el dolor de cabeza va acompañado de una pérdida de visión o de visión borrosa, es conveniente acudir a la consulta.
Si el dolor de cabeza afecta también a los ojos, su médico de familia le recomendará acudir al oftalmólogo, ya que la causa más frecuente de este tipo de dolor es un defecto refractivo que debe ser diagnosticado y corregido adecuadamente.
El oftalmólogo está capacitado para detectar y diagnosticar un problema de este tipo, pudiendo diferenciar entre causas refractivas, como miopía, hipermetropía, astigmatismo o presbicia, o causas de otro tipo.
En este vídeo puedes obtener más información sobre el dolor de cabeza y ojos:
Si el dolor de ojos y cabeza se debe a un problema refractivo, la corrección de este problema mediante gafas, lentillas o la cirugía refractiva lo hará desaparecer.
Muchas personas no son conscientes de que sufren un problema refractivo o de que tienen mal graduadas sus gafas o lentillas. Una mala graduación puede causar más problemas visuales que la falta de corrección.
El dolor de cabeza, provocado o no por problemas visuales, es una dolencia extraordinariamente común que casi todos hemos sufrido o sufriremos en algún momento de nuestras vidas.
Afortunadamente, casi siempre es pasajero y no suele ser el síntoma de una enfermedad grave.
Si bien no existe un método infalible de prevención, sí podemos reducir las posibilidades de padecer dolores de cabeza, también conocidos como migrañas o jaquecas, con medidas como:
Puede existir una cierta relación entre el dolor de cabeza y ojos y algún problema refractivo cuando nos duele uno de los dos lados de la cabeza o uno de los dos ojos y esto se acompaña con irritación u escozor de ojos. Esto es sólo indicativo, ya que debe ser un oftalmólogo el que valore la situación visual del paciente.
El dolor detrás del ojo es uno de los dolores más molestos que se pueden sentir. Sin embargo, en la gran mayoría de los casos, se trata de un tipo de dolor que no suele estar relacionado con un problema propio del ojo, sino con alguna de las partes cercanas del resto de la cabeza.
Las causas que pueden producir dolor detrás de un ojo o de los dos ojos son muy variadas.
Hay que tener en cuenta que, ante un dolor detrás del ojo persistente, siempre se deberá acudir al médico para que evalúe cada caso en particular. En muchas situaciones, al estar provocado por causas externas, este dolor suele desaparecer por sí solo. Sin embargo, en aquellas situaciones en las que se aprecie un dolor persistente, lo mejor será acudir al médico para que lleve a cabo las pruebas pertinentes y prescriba el tratamiento más adecuado a cada caso.
* En la mayor parte de los casos, el dolor de cabeza y ojos puede estar relacionado con un problema refractivo no corregido o mal corregido. * También puede ear causado por otros factores, como la fatiga visual, la sinusitis, un problema odontológico o problemas oculares, como el glaucoma agudo.
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Desde que los televisores de pantalla plana irrumpieron en nuestras vidas, la tendencia generalizada ha sido la de adquirir cada vez pantallas más grandes, pero ¿cuál es el tamaño ideal de un televisor? ¿Cuál es la mejor distancia para ver la TV? En este artículo aclararemos estas cuestiones.
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Las pantallas planas nos han permitido aumentar el tamaño de los televisores en los salones, que normalmente son pequeños y con un espacio limitado para este tipo de dispositivos. Con tamaños que oscilan entre las 26 y las 80 pulgadas, la mayoría de las familias se decantan por comprar televisores de gran tamaño, sin tener en cuenta que esta decisión tiene un gran impacto en la distancia para ver la televisión correctamente e, indirectamente, en su salud visual.
El primer aspecto que habría que tener en cuenta, es el ángulo de visión, algo bastante difícil de controlar en el entorno del hogar.
El ángulo de visión óptimo para una persona con una agudeza visual perfecta respecto a un televisor de 1080p es de alrededor de 30 grados, según los estudios de la SMPTE (Society of Motion Picture & Television Engineers). Esto quiere decir que, para obtener una experiencia inmersiva viendo la televisión, se debe guardar una distancia que nos permita que la pantalla ocupe esos 30 grados de nuestro campo visual.
Otro aspecto determinante a la hora de ver la televisión es la percepción de los detalles. Las pantallas de alta definición han supuesto un gran salto de calidad con respecto a las antiguas televisiones analógicas, proporcionando imágenes de gran definición en formatos más grandes. Sin embargo, esta calidad viene con una contrapartida, la pixelación de la imagen cuando no nos encontramos a una distancia adecuada para verla.
En lenguaje informático, un pixel es la unidad mínima que forma una imagen digital. Se puede decir que se trata de una muestra abstracta o una unidad de medida de la resolución de una pantalla.
De esta manera, incluso si estamos viendo una imagen de la más alta calidad en una pantalla excelente, si nos colocamos demasiado cerca, veremos los píxeles que forman la imagen, lo cual afecta a la calidad de nuestra percepción. Esta pixelación dejamos de apreciarla conforme nos alejamos de la pantalla.
En el caso de los modelos 4K y 8K, los fabricantes recomiendan que adoptemos una distancia para ver la televisión que sea 1,5 veces la vertical de nuestra pantalla.
Tamaño del televisor |
Distancia de visualización (aprox) |
55 pulgadas |
1 m (3,28 pies) |
65 pulgadas |
1,2 m (3,94 pies) |
75 pulgadas |
1,4 m (4,60 pies) |
85 pulgadas |
1,6 m (5,25 pies) |
En cuanto a los modelos en HD, la distancia recomendada es de 3 veces el tamaño de la vertical de la pantalla del televisor
Tamaño del televisor |
Distancia de visualización (aprox) |
22 pulgadas |
80 cm (2,62 pies) |
26 pulgadas |
1 m (3,28 pies) |
32 pulgadas |
1,2 m (3,94 pies) |
40 pulgadas |
1,5 m (4,92 pies) |
46 pulgadas |
1,7 m (5,57 pies) |
50 pulgadas |
1,9 m (6,23 pies) |
55 pulgadas |
2,1 m (6,89 pies) |
60 pulgadas |
2,3 m (7,55 pies) |
La iluminación LED cada vez está más presente en nuestro entorno, principalmente a través de los televisores, y emite en una longitud de onda más cercana al color azul que la iluminación artificial tradicional, que se basaba en la incandescencia de la resistencia de tugsteno, que emite mayoritariamente en el espectro lumínico del color rojo.
La luz LED puede contribuir a que suframos el llamado síndrome de visión del informático o fatiga visual, en especial si se abusa de los aparatos electrónicos y puede llegar a provocar síntomas como:
En todo caso, todos estos supuestos efectos negativos no están demostrados con estudios científicos.
Existen muchos mitos acerca de la televisión y cómo perjudica a nuestra vista. Si bien está comprobado que un uso excesivo de las pantallas de los dispositivos electrónicos es perjudicial para nuestros ojos a corto plazo, el hecho de verla a mayor o menor distancia no parece tan decisivo como se ha popularizado.
Tradicionalmente se ha dicho que sentarse muy cerca de la televisión era perjudicial para la vista. Esto se debe a que algunos de los primeros televisores (en los años 60) emitían algo de radiación por errores en la fabricación. Este problema se solucionó en su momento, pero eso no quiere decir que sentarse muy cerca de la televisión esté exento de problemas.
De hecho, mirar a la pantalla desde muy cerca aumenta la fatiga visual, al igual que un uso excesivo de la misma o verla en condiciones de poca luz.
Por último, lo mismo que con el resto de los dispositivos electrónicos, es recomendable darle un descanso a la vista de vez en cuando.
Como es lógico, la distancia para ver la TV no es el único factor que se deberá tener en cuenta a la hora de conseguir un visionado adecuado y respetuoso con nuestra salud visual.
Aunque es importante, la distancia para ver la TV no es el factor que más va a influir en nuestros ojos y, precisamente por eso, no debemos infravalorar otros aspectos relacionados.
Además de la importancia que tiene la distancia para ver la TV, igualmente importante es hacerlo en un entorno adecuado. En este sentido, se debe evitar ver la TV en una habitación completamente oscura, ya que esto perjudica nuestra visión y obliga a los ojos a hacer un esfuerzo mayor para un visionado correcto.
En su lugar, lo más aconsejable es hacerlo con una luz de intensidad media, que puede ser natural si entra luz por una ventana, o artificial si se trata de una lámpara que aporte luz ambiental a la estancia.
Otro de los factores que influyen en la calidad del visionado de la TV, y que no tienen por qué estar directamente relacionados con la distancia para ver la TV, son el brillo y el contraste.
Estas opciones influyen tanto en la cantidad de luz que emite la pantalla, como en la diferencia que se percibe entre los colores oscuros y claros. Esto afecta a la imagen en su conjunto, y también a la manera en que vemos la TV. Por ello, es importante graduarlos correctamente.
El objetivo final debería ser obtener una imagen que resulte natural y cómoda a la vista, lo que se va a apreciar enseguida en cuanto se modifiquen ligeramente estos elementos de la imagen.
Otro de los aspectos fundamentales que se deben tener en cuenta a la hora de ver la TV es el uso de gafas cuando se tenga algún problema de la vista especialmente si se trata de miopía o astigmatismo, ya que la percepción de imágenes a una distancia media o larga es más complicada.
En estos casos, el uso de las gafas nos ayudará a percibir correctamente la imagen, lo que, a su vez, evitará que se tenga que forzar la vista para ver correctamente en el caso de no usarlas.
Otra alternativa es el uso de lentes de contacto. Sin embargo, si se padece ojo seco, lo que puede estar motivado por el uso excesivo de pantallas, es más recomendable el uso de gafas, ya que permitirá al propio ojo descansar durante ese tiempo de visionado.
* La distancia a la que vemos la televisión puede condicionar nuestra salud visual. * El televisor deberá situarse a una distancia u otra en función de su tamaño y de la calidad de la pantalla.
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Seguramente habrás notado que algunas personas tienen los ojos amarillos. Esto ocurre cuando la esclerótica pierde su color normal, que sería el blanco, transformándose en amarillo.
Se trata de una condición médica denominada ictericia que puede afectar tanto a las partes blancas de los ojos como a la piel.
Muchos bebés sanos (especialmente si son prematuros) tienen un poco de ictericia en las primeras semanas de vida (ictericia en los recién nacidos sanos). Ésta, por lo general, desaparece espontáneamente. Sin embargo, cuando esta coloración amarillenta aparece en etapas más avanzadas de la vida no debemos pasarlo por alto, pues puede ser indicativa de una patología importante. Por lo tanto, es esencial estar atentos a cuando nuestros ojos se ponen amarillos e indagar sobre las posibles causas de este cambio de color.
¿Quieres conocer las circunstancias por las que los ojos pueden adquirir un tono amarillento? En este artículo te lo contamos todo.
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Existen muchos instrumentos y métodos que se pueden usar en una consulta de oftalmología y que van a permitir obtener información de la salud visual del paciente. Uno de estos instrumentos es la denominada rejilla de Amsler, un método que va a ayudar a detectar algunos posibles problemas de visión, especialmente aquellos que están relacionados con la retina, como pueden ser la degeneración macular o la membrana epirretiniana, entre otros muchos.
¿Quieres obtener más información sobre los usos de la rejilla de Amsler? Te lo contamos todo en este artículo.
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La rejilla de Amsler, también denominada grilla de Amsler, es un método ideado en 1945 por el médico suizo Marc Amsler.
Consiste en una cuadrícula o rejilla compuesta por líneas verticales y horizontales que guardan una misma distancia entre sí y, en cuyo centro, aparece un punto que permite identificar ese espacio como el centro de la rejilla.
De esta forma, se tiene una imagen perfectamente definida en la que se puede fijar la vista y, según las deformidades o alteraciones que el paciente aprecie en dicha rejilla, se podrán identificar diversos problemas o alteraciones en la salud ocular del paciente.
Una de las peculiaridades de esta prueba es que permite la autoexploración, es decir que los pacientes pueden realizarla a diario en sus propias casas, siguiendo unas sencillas instrucciones. Algunas de las enfermedades que afectan a la retina, y especialmente a la mácula, merman la visión del paciente de forma muy progresiva, por lo que es posible que no se dé cuenta de la cantidad de visión que ha perdido hasta que ya es demasiado tarde. Gracias a la rejilla de Amsler, se pueden detectar cambios en la visión de forma precoz y tratarlos a tiempo.
Eso sí, es muy importante tener en cuenta que la exploración con la rejilla de Amsler no reemplaza a los exámenes oculares completos que, de forma rutinaria, se realizan en la consulta del oftalmólogo.
Como se ha mencionado anteriormente, la rejilla de Amsler se usa en las consultas de oftalmología con el fin de detectar los primeros signos de las enfermedades de la retina, y más concretamente de la mácula, y a controlar los cambios que se puedan producir en la visión después del diagnóstico. La mácula es la zona de máxima visión de la retina con la que somos capaces de ver los detalles de los objetos y realizar tareas finas como leer, coser, ver la tele…
Actualmente, la rejilla de Amsler se utiliza, sobre todo, en pacientes con degeneración macular asociada a la edad (DMAE), que es la causa más frecuente de pérdida visual en personas mayores de 50 años.
En concreto, la rejilla de Amsler se utiliza para detectar dos tipos de alteraciones, que son muy frecuentes en la DMAE:
Estos son los pasos que debe seguir el paciente para realizarse el test de la rejilla de Amsler:
Si el paciente ya se encuentra en seguimiento por parte de un oftalmólogo, es probable que el especialista, con el fin de controlar la evolución de la enfermedad, le pida que marque en la cuadrícula aquellas zonas en las que ha visto las irregularidades para así poder comparar los resultados anteriores y posteriores.
Los resultados de esta prueba no tienen ninguna implicación, ya que se trata simplemente de una evaluación inicial, aún así pueden servir como indicio de la presencia de alguna enfermedad o de modificaciones en la salud visual del paciente.
Si la rejilla se observa de manera completa, es decir, sin alteraciones en la distancia de las líneas, así como si no desaparece alguna o algunas de ellas, será indicativo de que la salud visual del paciente es correcta.
Marc Amsler creó siete cartillas con diferentes propósitos:
La frecuencia de realización del test, dependerá de las indicaciones del oftalmólogo. Lo más normal es que al paciente ya diagnosticado de DMAE se le recomiende realizar la prueba una vez a la semana para controlar la evolución de la enfermedad.
* El test de la rejilla de Amsler es una sencilla prueba que se utiliza para diagnosticar alteraciones visuales que puedan estar producidas por enfermedades que normalmente afectan a la macula. * En concreto, se usa, sobre todo, para diagnosticar la DMAE y vigilar su evolución a través de la percepción o no de dos síntomas: la metamorfopsia y los escotomas.
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Seguro que en alguna de las ocasiones en las que habéis acudido a la consulta del oftalmólogo os han realizado un fondo de ojo, pero ¿sabéis exactamente para qué usan esta prueba los médicos? Clínica Baviera os desvela todos los secretos del fondo del ojo en este artículo.
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En realidad, la prueba diagnóstica del fondo de ojo técnicamente se denomina oftalmoscopia o fundoscopia y consiste en mirar la parte más interna del globo ocular (parte posterior del ojo):
Esta prueba es un examen rutinario que se suele realizar en cualquier examen oftalmológico.
La visualización del fondo de ojo se realiza a través de la pupila y de los medios transparentes del globo ocular (córnea, humor acuoso, cristalino y humor vítreo). Esto puede hacerse de forma directa y de forma indirecta.
Para visualizar el fondo de ojo, el oftalmólogo puede ayudarse de distintos instrumentos que están dotados de una fuente de luz que se proyecta hacia el globo ocular a través de algún sistema de lentes.
Los principales pasos de esta prueba son:
En la versión directa de la prueba, que se realiza en una habitación oscura, el especialista acerca un oftalmoscopio al ojo del paciente para observar a través de la pupila la mácula (el punto de la retina donde reside la visión del detalle), el nervio óptico y la retina en una imagen unidimensional y con poco relieve.
El oftalmoscopio es un instrumento óptico que dirige una luz directamente sobre la retina a través de un espejo que refleja el rayo proveniente de una fuente luminosa. El oftalmoscopio proporciona una imagen amplificada entre 14 y 16 aumentos y consta de dos partes:
Las principales desventajas de la oftalmoscopia directa son:
Se puede realizar de dos maneras:
Cuando la oftalmoscopia es indirecta, el médico podrá ver los dos ojos a la vez.
Para conseguir una correcta imagen del fondo del ojo, especialmente de la zona periférica de la retina, el oftalmólogo suele dilatar la pupila. Los fármacos en forma de gotas que se emplean para conseguir la dilatación se denominan midriáticos, ya que producen midriasis (aumento del diámetro de la pupila).
En algunas ocasiones, la revisión del fondo de ojo no requiere la dilatación pupilar, aunque en este caso no se podrán observar con tanto detalle las estructuras internas del globo ocular.
Antes de dilatar las pupilas es conveniente que el oftalmólogo explore la cámara anterior del ojo con el objetivo de descartar a los pacientes que pueden tener riesgo de sufrir glaucoma agudo.
Las revisiones oftalmológicas en las que se incluye un fondo de ojo ofrecen la posibilidad de detectar problemas y enfermedades oculares, incluso antes de que empiecen a dar síntomas y establecer un tratamiento para evitar futuras complicaciones.
A través de esta prueba es posible observar y diagnosticar, entre otras, enfermedades como:
Además, la oftalmoscopia permite que el especialista en oftalmología realice un examen en profundidad de los vasos sanguíneos de la retina, pudiendo observarse los daños oculares provocados por patologías sistémicas como la diabetes o la hipertensión arterial.
La oftalmoscopia o fondo de ojo forma parte del protocolo normal de exploración oftalmológica del paciente.
También se puede realizar en los siguientes casos:
Los efectos secundarios posibles de esta exploración son, exclusivamente, los propios de la instilación de los colirios midriáticos.
Por esta razón se aconseja al paciente:
Esta prueba no es dolorosa en ningún caso, se suele realizar con el paciente sentado o semitumbado en la consulta y dura sólo unos cinco o diez minutos. La dilatación de las pupilas sí puede resultar molesta, provocando sensibilidad a la luz y visión borrosa, especialmente en las distancias cercanas durante unas horas e, incluso, días. Estas molestias normalmente son leves y transitorias.
Es totalmente seguro e, incluso, en algunos casos, se recomienda a las mujeres que se realicen esta exploración. Entre los fármacos que se emplean para dilatar las pupilas, se estima que el más adecuado para las pacientes embarazadas es la tropicamida por su efecto menos duradero.
* El examen del fondo de ojo es una prueba diagnóstica rutinaria que se realiza para revisar la parte interna del globo ocular (retina, nervio óptico, coroides…). * La visualización del fondo de ojo se lleva a cabo a través de la pupila y de los medios transparentes del globo ocular (córnea, cristalino, humor acuoso y humor vítreo).
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La goniotomía es una de las cirugías que se emplea para mitigar los efectos del glaucoma congénito, una anomalía que afecta a los niños en sus primeros meses de vida o antes de los 3 años y que se caracteriza por el aumento de la presión intraocular, algo que provoca el deterioro de las fibras del nervio óptico.
De no ser tratado a tiempo, el glaucoma congénito puede generar daños irreversibles en la salud visual de los pequeños como, por ejemplo, la pérdida parcial o total de la visión.
Existen varios tipos de glaucoma congénito en función del nivel de presión intraocular que se alcance. En los casos más graves, es muy habitual que la recomendación que se realice inmediatamente después del diagnóstico es una intervención quirúrgica por cualquiera de los métodos existentes, entre ellos la goniotomía.
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El glaucoma congénito, en la mayoría de los casos, se manifiesta en los primeros meses de vida del niño o en la primera infancia (ante de los 3 años). Practicar la cirugía de forma precoz permite evitar daños irreversibles en la visión causados por el avance de esta patología.
El glaucoma congénito, a diferencia del glaucoma crónico simple del adulto, responde de forma inadecuada a los tratamientos con fármacos, por lo que generalmente precisa una intervención quirúrgica para su adecuado control.
La goniotomía es una cirugía que está indicada para pacientes que presentan glaucomas congénitos u otros tipos de glaucomas infantiles con estas características anatómicas específicas:
En estos casos, y para que la goniotomía pueda realizarse con seguridad, la córnea del niño no puede presentar síntomas de opacidad antes de la intervención.
Hasta la fecha, la goniotomía es un tratamiento que se ha revelado efectivo en el 80% de los casos.
El objetivo primordial de la goniotomía es lograr que el paciente obtenga niveles de presión intraocular normales o aceptables evitando, de paso, que el nervio óptico sufra nuevos daños. Recordemos que este nervio es el encargado de transmitir los estímulos visuales en forma de impulsos eléctricos desde el ojo, concretamente desde la retina, hasta el cerebro.
Estos son los pasos que habitualmente se siguen durante una goniotomía:
Como es lógico, antes de realizar una gonitomía, el oftalmólogo deberá realizar diferentes pruebas al paciente. Estas pruebas permitirán que el especialistas conozca:
De esta forma, el oftalmólogo determinará si la goniotomía es la solución más recomendable y cómo se deberá llevar a cabo este procedimiento en el caso de que, finalmente, el médico recomiende la intervención.
Algunas de las pruebas más comunes que suelen llevarse a cabo antes de la goniotomía son:
Se trata de una operación que tiene una duración media estimada de 45 minutos.
La recuperación tras la goniotomía suele ser rápida y la mejoría se aprecia en sólo unos días.
Aunque es un procedimiento seguro, la goniotomía puede asociarse con ciertas complicaciones como:
La goniotomía puede ser muy efectiva en etapas iniciales del glaucoma congénito, pero algunos pacientes pueden requerir procedimientos adicionales o tratamiento médico complementario.
La goniotomía es una técnica quirúrgica que pertenece al grupo de las denominadas cirugías angulares, cuyo objetivo es controlar la presión intraocular actuando directamente sobre el ángulo que forman la córnea y el iris para ampliarlo y mejorar la capacidad de drenaje del ojo. La goniotomía se suele emplear para tratar el glaucoma congénito.
La trabeculectomía, sin embargo, pertenece al grupo de las denominadas cirugías filtrantes, cuyo objetivo también es controlar la presión intraocular, pero ayudando a filtrar el humor acuoso a través de la creación de nuevas vías de desagüe. La trabeculectomía se emplea en adultos con glaucoma crónico simple o en glaucomas congénitos cuando el estado de la córnea no permite realizar una goniotomía o cuando ésta haya resultado insuficiente para el control evolutivo del glaucoma.
Sí e, incluso, es habitual realizar los dos procedimientos a la vez.
* La goniotomía es una técnica quirúrgica que se utiliza para tratar el glaucoma congénito. * Su objetivo es reducir la presión intraocular para evitar daños en el nervio óptico . * Se puede aplicar siempre y cuando el paciente no presente síntomas de opacidad corneal. * La recuperación de esta cirugía suele ser rápida, aunque en muchos casos es necesaria una segunda intervención.
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La oncocercosis, o ceguera de los ríos, es una enfermedad causada por un parásito que afecta tanto a la piel como a los ojos. Si no se trata a tiempo, puede llegar a dañar de forma significativa diversas partes del ojo, derivando finalmente en la ceguera del paciente.
¿Quieres saber más sobre la oncocercosis? Sigue leyendo este artículo.
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La oncocercosis es una enfermedad causada por el parásito Onchocerca volvulus. Este parásito infecta la piel y los ojos de las personas afectadas y, a medida que se reproduce, daña los tejidos infectados, causando nódulos subcutáneos y diversos problemas en los ojos que pueden terminar por causar la ceguera total del paciente. La oncocercosis es la segunda causa principal de ceguera infecciosa en el mundo después del tracoma.
A nivel mundial, se estima que hay alrededor de 18 millones de personas infectadas y cerca de 270.000 están ciegas debido a la oncocercosis.
Para sufrir oncocercosis o ceguera de los ríos es necesario infectarse con el parásito Onchocerca volvulus. Este parásito se localiza en regiones tropicales, sobre todo en el África subsahariana y algunas regiones de América Latina y Oriente Medio.
Habitualmente, esta infección se produce como consecuencia de la picadura repetida de moscas negras (género Simulium). Estas moscas son habituales en las zonas con corrientes rápidas de agua, lo que hace que la oncocercosis también sea conocida comúnmente como ceguera de los ríos.
La infección se produce a partir de la picadura de una mosca infectada, que transmite las larvas del parásito. Pasados entre 12 y 18 meses, estas larvas se convierten en parásitos adultos, con aspecto de gusanos de diversa longitud que puede ir desde los 20 mm hasta los 50 mm según el caso. A partir de este momento, los parásitos adultos comienzan a reproducirse. Es entonces cuando las nuevas larvas del parásito empiezan a extenderse hacia otros tejidos, como diversas partes de la piel y los ojos del paciente. El tiempo que transcurre entre la penetración de las larvas transmitidas por la mosca y las manifestaciones clínicas en el ser humano puede oscilar entre 1 y 2 años.
Los parásitos pueden entrar en todas las áreas del ojo:
Los síntomas de la oncocercosis se localizan tanto en la piel como en los ojos.
Los síntomas cutáneos pueden manifestarse en diferentes estadios y diferentes zonas de la piel.
Los síntomas oculares pueden abarcar desde sintomatología leve hasta llegar a producir ceguera total, en los casos más graves.
El diagnóstico de la oncocercosis o ceguera de los ríos se suele realizar mediante el examen de una biopsia de tejido cutáneo del paciente.
También se puede diagnosticar mediante:
Una vez que se detecta la presencia del parásito en el organismo, el tratamiento recomendado consistirá en la administración de ivermectina.
Este medicamento se administra de forma oral y permite la eliminación de las larvas del parásito, aunque no elimina los parásitos adultos, que pueden llegar a vivir hasta 14 años. Debido a esto, el tratamiento suele prolongarse con una administración de ivermectina cada 6 o 12 meses hasta que los síntomas desaparezcan. Además, el paciente deberá llevar un seguimiento rutinario para evitar posibles rebrotes de la enfermedad.
Las infecciones más avanzadas pueden necesitar cirugía para mantener o restaurar la visión. Estas cirugías pueden incluir:
En casos avanzados, la infección puede afectar a varias partes del ojo al mismo tiempo. En estos casos, con frecuencia, no es posible aplicar ningún tratamiento y los médicos no pueden restaurar la visión.
La oncocercosis no se transmite de persona a persona.
Si una persona es diagnosticada y tratada a tiempo, la enfermedad es capaz de ser erradicada a lo largo de los años, siempre y cuando se cumpla con el tratamiento pertinente.
No obstante, debido a los escasos recursos disponibles en los lugares en los que prolifera la enfermedad, es sumamente difícil realizar el diagnóstico a tiempo o, dado el caso, siquiera contar con médicos que logren atender las necesidades de la población.
La filaria adulta puede vivir en el paciente más de 15 años.
* La oncocercosis es una infección parasitaria que causa lesiones en la piel, erupción cutánea y enfermedades de ojo, que llevan a discapacidad visual y, a veces, a la ceguera. * Se diagnostica mediante examen con lámpara de hendidura y examen microscópico de un fragmento de piel.
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