La visión periférica es el campo de visión que se produce alrededor del foco central. Si la visión central se encarga de reflejar los detalles más pequeños, la visión periférica permite ver el entorno que rodea al objeto sobre el que fijamos nuestra atención. Por este motivo, es muy importante en nuestras actividades diarias, como leer o escribir, y en acciones que requieren gran precisión, como conducir o la práctica de ciertos deportes, como el fútbol, el baloncesto y las artes marciales.
Índice
¿Qué significa la pérdida de visión periférica?
La pérdida de visión periférica, también conocida como visión de túnel, es un síntoma que se suele asociar a diversos problemas oculares y consiste en que el campo de visión del paciente se va reduciendo en sus extremos (laterales y zonas superior e inferior). De esta forma, la visión se reduce a la zona central.
Hay que tener en cuenta que la pérdida de visión periférica no es un síntoma que suela aparecer de forma repentina. Lo más habitual es que se trate de un proceso lento y progresivo que puede alargarse desde semanas a meses e, incluso, años. Por este motivo suele pasar desapercibido.
¿Cómo saber si tengo pérdida de visión periférica?
Los pacientes que sufren una pérdida de visión periférica son más propensos a sufrir caídas o choques sin que exista una causa física que lo explique, ya que no son capaces de ver los objetos situados en los extremos del campo visual.
Lo más recomendable es que, ante los primeros síntomas de pérdida de visión periférica, el paciente acuda a un oftalmólogo para que éste le realice las pruebas necesarias para comprobar su campo de visión. Entre las pruebas que pueden realizarle se encuentra la campimetría o la tomografía de coherencia óptica (OCT).
¿Cuántos grados tiene la visión periférica?
La visión periférica permite ver el entorno general y abarca hasta casi 180º del ángulo de visión. Por ejemplo, cuando estás leyendo un libro no enfocas la visión únicamente en la palabra que lees, sino que abarcas el resto dela frase. Si sólo fijases la vista en una palabra en lugar de en el conjunto, la velocidad de lectura sería mucho más lenta y asimilarías menos información.
¿Cuáles son las causas y patologías asociadas a la pérdida de visión periférica?
Existen diversos diagnósticos que pueden asociarse a la pérdida de la visión periférica. A continuación, describimos algunos de los más comunes y que requieren especial atención.
Glaucoma
El glaucoma es una enfermedad de los ojos que normalmente está causada por una presión intraocular elevada. Esto se produce cuando la renovación del humor acuoso que rellena el interior del globo ocular no es la adecuada y, en consecuencia, aumenta la presión interna afectando al nervio óptico. Uno de los primeros síntomas del glaucoma es la pérdida de visión periférica que, si no se trata, irá aumentando en dirección al centro del campo visual.
Retinosis pigmentaria
La retinosis pigmentaria es un conjunto de enfermedades degenerativas del ojo que están causadas por motivos genéticos. Se desarrolla en distintas etapas y, junto a la pérdida de visión periférica, también suelen manifestarse con dificultad de visión nocturna.
Retinopatía diabética
La retinopatía diabética hace referencia al daño que la diabetes causa en los tejidos del ojo. Igual que afecta a otros tejidos y órganos, la diabetes puede afectar al ojo y, cuando lo hace, se desarrolla la enfermedad conocida como retinopatía diabética uno de cuyos posibles síntomas es la pérdida de visión periférica.
Distrofias retinianas y coroideas
Las distrofias retinianas y coroideas son trastornos que involucran a la retina y a la coroides, la capa de vasos sanguíneos que se encuentra situada entre la esclerótica y la retina.
Hipertensión intracraneal idiopática
La hipertensión intracraneal idiopática se produce cuando se acumula en el cráneo demasiado líquido cefalorraquídeo (líquido que rodea el cerebro y la médula espinal). Esto provoca una presión adicional sobre el cerebro y sobre el nervio óptico, haciendo que se inflame y llevando a una pérdida de la visión periférica.
¿Qué hacer si tenemos pérdida de visión periférica y cuándo acudir al médico?
Si pensamos que podemos estar experimentando una pérdida de visión periférica, lo más recomendable es acudir al oftalmólogo para que pueda llevar a cabo un reconocimiento y para que valore si es necesario o no empezar un tratamiento acorde al diagnóstico. En estos casos, comenzar un tratamiento cuanto antes puede significar evitar una pérdida visual irreparable.
¿Cómo mejorar la visión periférica con ejercicios?
Existen diversos ejercicios y métodos para entrenar la visión periférica y, de esta forma, mejorarla y optimizarla, lo que nos puede proporcionar múltiples beneficios en nuestro día a día, como leer o escribir más rápidamente y con más precisión. También podemos conseguir bastantes ventajas competitivas en multitud de deportes o conducir con más pericia y seguridad.
A continuación, os proponemos 7 ejercicios para mejorar la visión periférica:
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- Expandir progresivamente el campo visual. Partiendo de un elemento principal en el que fijamos la vista, por ejemplo la pantalla del ordenador de nuestro escritorio, tenemos que ir captando poco a poco todo lo que hay a nuestro alrededor.
- Ejercicio con los dedos índices. Fijamos la vista en un foco central y, sin dejar de mirarlo, colocamos los dos dedos índices a la altura de los ojos. A continuación, los vamos separando poco a poco hasta donde podamos seguir visualizándolos.
- Lectura piramidal. Se trata de potenciar al máximo la visión periférica mientras leemos haciendo lo siguiente: empezamos a leer cada línea desde la segunda o tercera palabra y, al llegar a la penúltima o antepenúltima cambiamos de línea. De esta forma, obligamos a nuestra visión periférica a esforzarse al máximo para leer las palabras que nos saltamos.
- Detección de movimientos mínimos. Para realizar este ejercicio se necesitan 2 personas: una que realiza el ejercicio y otra de apoyo, aunque pueden ir intercambiándose los papeles. Es importante que se sitúen una frente a la otra, con una separación de 2 metros. La idea es que la persona que realice el ejercicio mire a la persona que tiene enfrente a la altura de la cabeza, pero como si mirase a través de ella, tratando de enfocar detrás. Entonces, la persona de apoyo tiene que realizar movimientos muy sutiles con la cabeza, que deben ser detectados por la que realiza el ejercicio.
- Observar puntos fijos. Empezamos fijando la vista en un punto fijo de, por ejemplo, una habitación y los vamos cambiando progresivamente a puntos situados en la periferia.
- Jugar a encestar un papel. Otro ejercicio muy divertido y efectivo es el típico juego de tratar de encestar bolas de papel en una papelera, pero con una dificultad añadida: tratar de acertar sin seguir con la mirada el papel.
- Trabajar mapas mentales. Este ejercicio consiste en fijar la atención sobre un esquema o mapa mental y, enfocando una de las ramas del mapa, tratar de alcanzar y memorizar los dos siguientes niveles de este.
¿Quieres probar tu visión periférica? Fija la vista en el horizonte y pídele a alguien que junte sus dos dedos índices a la altura de tus ojos, y que los separe lentamente hasta llegar a la última posición donde puedes verlos. De este modo la trayectoria que hayan recorrido los dedos será tu ángulo de visión.
Aun así, si notas que tu visión periférica disminuye, podrías estar ante un problema ocular, por lo que te recomendamos un estudio del ojo para poder evaluarlo.
Fuentes
- Clikisalud – Visión Periférica y cómo varía en cada persona
- Academia Americana de Oftalmología (AAO) – Pérdida de la visión periférica (lateral)