La experiencia de nuestros profesionales. “Los médicos de la varita mágica”
En el primer podcast hablamos de responsabilidad social corporativa y contamos con la presencia de personas que trabajan por hacer un mundo mejor. Hoy vamos a abordar un tema distinto: “por qué decidí ser oftalmólogo”.
Nuestro presentador, el Dr. Gonzalo Muñoz, oftalmólogo de la clínica de Castellón y Director Médico de la Clínica Baviera está acompañado de dos compañeros:
- Dr. Manuel Marcos: médico veterano, con más de 20 años de experiencia en la compañía. Es uno de los oftalmólogos que más intervenciones ha conducido . Trabaja en la clínica de Valladolid. A lo largo de su trayectoria, ha realizado más de 40.000 operaciones de cirugía refractiva y ha ganado varios premios por su experiencia quirúrgica.
- Dr. Daniel Artieda: es un joven oftalmólogo que se unió el año pasado a la familia de Clínica Baviera. Desde que se incorporó al equipo trabaja en la Clínica de Alicante, muy cerca de Valencia, ciudad donde recibió la formación para convertirse en el médico preparado que es hoy en día.
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¿Por qué decidiste ser oftalmólogo?
El Dr. Muñoz explica que, en su caso, obtener un buen número del MIR le sirvió para abrirse puertas. No tenía limitaciones y eligió la oftalmología porque fue la asignatura que más le gustó durante la carrera.
El Dr. Marcos nos cuenta que, para él, la oftalmología unía tres puntos muy importantes:
- Tratarse de una disciplina médica quirúrgica. Él quería tener la perspectiva de la atención al paciente y también del quirófano.
- La relevancia de una disciplina dedicada a la prevención.
- La admiración por profesionales como Barraquer o Castroviejo, que le impactaron, igual que el Dr. Barahona, con quien coincidió en sus años de estudiante. Recuerda que le ayudó mucho, dejándole incluso entrar en quirófano. “Me abrió los ojos e hizo que me dedicara a este trabajo”.
Por su parte, el Dr. Artieda destaca que su pasión por la oftalmología es una combinación de distintas razones. Por una parte, la influencia de los profesores durante la carrera, que considera muy importante y que le ha dejado huella, como explica al recordar la pasión que ponían en el trabajo algunos de los médicos que participaron en su formación en Valencia.
Con humor, asegura que el resto de razones fueron bastante prácticas: “Yo siempre decía que quería operar sentado”.
Al final, resume que se trata de una serie de cosas, pequeños detalles, que hacen que todo sume para estar a gusto en la profesión.
Concluye afirmando que “la capacidad de resolución que tiene la oftalmología es muy grande a la hora de resolver problemas. Puedes hacerlo sin tener que depender de nadie más”.
¿Cómo ves la evolución de la oftalmología? ¿Qué gran cambio destacas de los últimos 20 años de ejercicio profesional?
“La oftalmología ha avanzado de un modo espectacular. Es increíble la cantidad de cambios en técnicas diagnósticas , tratamientos, aparataje…” comenta el Dr. Marcos. Nos dice que suele poner dos ejemplos:
- Cataratas. En el año 93, cuando empezó su trayectoria profesional, a los pacientes de cataratas se les ingresaba 2 o 3 días antes de la cirugía, se hacían analíticas, placas preoperatorias y se les preparaba para una operación con anestesia general. El paciente, después, necesitaba llevar el ojo tapado unos días y se le aconsejaba reposo absoluto. Además, debido a los puntos, era frecuente que no pudieran ver bien en un par de meses. A fecha de hoy, acabar con las cataratas se reduce a una operación ambulatoria, con anestesia en forma de gotas. “A la media hora, el paciente ya puede ver bastante bien. Y, con las lentes que utilizamos, ya no necesitan ni las gafas”.
- Cirugía refractiva . “En el año 93 no existía el láser Excímer, no había cirugía refractiva . Yo la conocí i en el año 1998. Hoy día es un procedimiento habitual que asegura excelentes resultados y eleva la calidad de vida del paciente”.
“La evolución es impresionante”, como corrobora el Dr. Artieda quien, tras su experiencia en África, conoce otra perspectiva de la profesión.
Aunque no se aventura a predecir el futuro de la oftalmología, opina que uno de los cambios que aprecia tras la pandemia es avanzar hacia una atención más continuada de los pacientes. “La tecnología se tiene que unir con la medicina para lograr esa continuidad y esa cercanía”. “Digitalización y telemedicina pueden ser un apoyo, aunque siempre sea necesaria la presencialidad”, como señala acertadamente. “La retina periférica no se puede revisar a través de una fotografía ni a distancia por otros medios”.
Pacientes súper informados, armados con reseñas de Google: ¿qué opináis?
Para el Dr. Marcos se trata de algo positivo. Agradece que quien llega a la consulta tenga un cierto control de la cirugía. Asegura que “con un paciente informado es más fácil dialogar, explicar y decidir”
El Dr. Artieda reconoce que también supone un reto para el médico, al tratarse de un tipo de consulta que hay que saber llevar de manera más detenida, siendo más exigente en las explicaciones y dedicando un poco más de tiempo. Para él, este tipo de pacientes suponen “un aliciente para exigirse más a uno mismo. Si el paciente está bien informado, tú debes ser capaz de manejar sus expectativas”.
¿Qué es lo que más valoras de trabajar en Clínica Baviera?
Daniel Artieda comparte su experiencia al respecto, que parte de un hospital donde el ambiente es excelente, igual que el compañerismo a la hora de resolver problemas o consultas. Lo que le llamó la atención desde el minuto 1 en Clínica Baviera fueron las herramientas a disposición de los profesionales.
“La clínica tiene plataformas y chats listos para resolver cualquier cuestión ágilmente. Podemos preguntar sin tapujos, nos sentimos como en casa. Los jóvenes aprendemos de los mayores y, a veces, hacemos replantearse cosas a los médicos más experimentados”.
El Dr. Marcos está de acuerdo: “Es fundamental el trabajo en equipo, es enriquecedor. Yo recuerdo las enseñanzas que recibí al principio, las ayudas, el que siempre se fomentaba la participación de los más nuevos. Cuando hay dudas se ponen en la intranet y todo el mundo contribuye”. Reconoce que, hoy en día, la disciplina ha adquirido tal nivel de complejidad que requiere de esta diversidad y heterogeneidad.
Anécdotas de la Clínica Baviera: la visión del oftalmólogo
Manolo Marcos recuerda con cariño la historia de una pareja que llegó a la Clínica Baviera en Valladolid desde Salamanca. “Tenían planeado operarse en días sucesivos, por el miedo a no poder ver y necesitar ayuda el uno del otro. La mujer fue la primera. Una vez que el marido vio lo sencillo que era, se decidió a operarse en ese momento también, sin esperar más”. El Dr. Artieda cree que haber pasado él mismo por una operación de la vista con láser le ha servido para ser mejor profesional. “Me permite explicar perfectamente qué es lo que se siente”. Sonríe cuando piensa en que, con frecuencia, los amigos le dicen: “Hombre, si el oftalmólogo se ha operado, tan malo no será”.
El Dr. Muñoz aporta su experiencia y comparte que, cada vez son más los pacientes en su grupo de amigos. “Al principio si sois 20 habrás operado a 2, con los años, habrás operado a 16”.
La cirugía oftalmológica no conoce edades, se opera a niños y mayores; género, se opera a hombres y mujeres; ni condición, por quirófano pasan ojos con patología y ojos sanos. Recuerda las palabras de otra oftalmóloga, al ser operada por la mañana y poder reincorporarse a su trabajo por la tarde que veía que era “lo más parecido a una varita mágica”.