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La hipermetropía infantil suele manifestarse por una visión próxima o cercana borrosa o deficiente. Es habitual que aparezca alrededor de los 4 años aunque en algunas ocasiones, sobre todo cuando la graduación no es muy elevada, es difícil de detectar porque el ojo del niño logra compensar esta mala visión cercana utilizando la capacidad de acomodación del cristalino de forma automática e involuntaria.

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¿Por qué se produce la hipermetropía infantil?

La hipermetropía es, en realidad, un error de la refracción que se produce porque las imágenes captadas por el ojo se enfocan detrás de la retina en lugar de directamente sobre ella. Esto puede deberse a varias causas:

  • El ojo del paciente hipermétrope es más corto de lo normal.
  • El ojo del paciente hipermétrope tiene menos potencia de la habitual.

La mayor parte de los niños (hasta el 70%) son hipermétropes al nacer, un fenómeno que se conoce como hipermetropía fisiológica.

Niño con camisa azul frotándose los ojos

¿La hipermetropía infantil se corrige con el crecimiento?

En la mayoría de los casos, sí. Este defecto se va corrigiendo de forma natural a medida que aumenta la edad del niño y el ojo se va desarrollando. Suele desaparecer durante la adolescencia.

A partir de este momento, y si el problema no se ha solucionado de forma espontánea, es probable que el niño sea hipermétrope el resto de su vida, aunque en muchas ocasiones su graduación no aumentará.

También es cierto que, a medida que la persona con este defecto de refracción se va haciendo mayor, no solamente presenta problemas para poder ver bien de cerca, sino también en medias y largas distancias.

El Dr. Fernando Llovet nos cuenta con más detalle que es la hipermetropía infantil.

 

¿Cuáles son los síntomas de la hipermetropía infantil y qué problemas pueden asociarse a ella?

La hipermetropía infantil debe ser detectada y corregida cuanto antes porque, aunque el niño logre ver de forma aceptable a todas las distancias, el sobreesfuerzo que los músculos que rodean al cristalino se ven obligados a realizar le puede provocar ciertos incómodos síntomas.

  • Mala visión de cerca, lo que puede provocar que el niño tenga problemas para leer y escribir y derivar en un rendimiento escolar inadecuado y hasta en fracaso escolar.
  • Fatiga visual.
  • Enrojecimiento y dolor de ojos.
  • Dolores de cabeza.
  • Estrabismo. Se trata de la desviación de uno o ambos ojos. Especialmente si hablamos de estrabismo convergente (el ojo se desvía hacia dentro), puede estar producido por la existencia de hipermetropía infantil. En estos casos, la primera medida que recomendará el oftalmólogo será la corrección de la hipermetropía mediante el uso de gafas.
  • Ambliopía u ojo vago si existe mucha diferencia de graduación entre un ojo y el otro.

¿Se puede prevenir la hipermetropía?

La hipermetropía es una problema refractivo y, como la miopía o el astigmatismo, no tienen prevención posible, ya que se pueden deber a factores genéticos y a defectos de la curvatura de la córnea o a la forma de los ojos.

Aunque sí es posible preservar y mantener por más tiempo nuestra salud visual teniendo en cuenta los siguientes factores de prevención:

  • Llevar una alimentación rica en vitamina E y otros antioxidantes, vitamina A y Omega 3.  Esto se puede conseguir incorporando a nuestra dieta alimentos como las verduras, las hortalizas, las frutas y el pescado.
  • Controlar el colesterol huyendo de los hábitos sedentarios
  • Practicar deporte con regularidad.
  • Evitar el tabaco y el alcohol.
  • Protegerse los ojos debidamente, tanto del sol como al practicar deportes de riesgo y de contacto.
  • Revisarse la vista con regularidad, se tenga o no una enfermedad de base. En el caso de los niños, es fundamental acudir al oftalmólogo con regularidad, incluso aunque el menor no llegue a quejarse de que no ve bien ni se haya detectado ningún problema aparente.
  • Ante cualquier anomalía de nuestra vista, aunque pueda parecer leve, acudir al especialista cuanto antes.

¿Debe corregirse la hipermetropía infantil?

Si bien es cierto que la hipermetropía infantil es un defecto que puede ir desapareciendo de forma espontánea a medida que el niño va creciendo, esto no quiere decir que durante el tiempo que dure el problema este no tenga que ser corregido.

Al contrario, la hipermetropía debe ser controlada y vigilada muy de cerca para poder ser corregida con las gafas o lentes de contacto con la graduación adecuada en cada momento. De esta forma, nos aseguraremos de que el paciente hipermétrope sea capaz de ver bien desde todas las distancias y sin necesidad de realizar sobreesfuerzos.

¿Cómo se detecta y se corrige la hipermetría infantil?

En la consulta, el especialista le realizará al niño las pruebas pertinentes, incluido un examen visual en profundidad dilatándole la pupila, en caso de que sea necesario. De esta manera, nos aseguraremos de que todo marche bien en su vista y, en caso de detectarse algún problema, tomar las medidas oportunas, que en esas edades suele ser el uso de gafas con la graduación adecuada.

Como hemos dicho, en el caso de que la hipermetropía no desaparezca en la adolescencia significará que este defecto refractivo se ha cronificado. En este caso, la solución para poder ver bien pasa por el uso de gafas o lentillas y, a partir del momento en que la graduación se haya estabilizado, existe la alternativa de la cirugía refractiva.

La cirugía refractiva posibilita la corrección de la mayor parte de defectos refractivos, la hipermetropía entre ellos, a través de una sencilla operación con láser, cuyo objetivo es poder ver bien sin necesidad de usar elementos externos (gafas y lentillas). Con esto se gana en libertad, comodidad, seguridad y, en definitiva, en calidad de vida.

Hasta hace unas pocas décadas, para corregir los problemas visuales que son imposibles prevenir, como los defectos refractivos, era necesario el uso de aparatos externos (gafas o lentes de contacto). Hoy en día es posible ver bien sin gafas ni lentillas gracias a la cirugía refractiva, operaciones que normalmente se realizan con un láser de alta precisión, no requieren ingreso hospitalario y las molestias para el paciente suelen ser mínimas.

Artículo revisado por el Dr. Fernando Llovet, oftalmólogo de Clínica Baviera.

Fuentes

Lucía Mi Pediatra – La hipermetropía en la infancia.

Mi bebé y yo – Hipermetropía en niños.

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