Llevar a cabo una buena higiene ocular es necesario para contrarrestar los efectos negativos que pueden provocar sobre nuestros ojos los rayos UV, el aire acondicionado, la contaminación o el polvo, entre otros factores ambientales. De esta forma, podemos evitar problemas como la sequedad ocular o algunas infecciones víricas o bacterianas, y aminorar los síntomas de la blefaritis o las alergias oculares.
¿Qué es la higiene ocular?
La higiene ocular es un concepto amplio que va más allá de la limpieza correcta y frecuente de los ojos y lo que se encuentra a su alrededor, como las pestañas o los párpados. También incluye medidas de prevención en el trabajo y en las actividades de ocio y visitas frecuentes al oftalmólogo.
Como sucede con la higiene bucal, la higiene ocular destaca por tener un enfoque preventivo con el objetivo de mantener unos ojos sanos.
¿Qué consejos seguir para una buena higiene ocular?
Limpiar la zona ocular con cuidado y frecuentemente
Los párpados y las pestañas protegen los ojos de la sequedad y de los cuerpos extraños. Por este motivo, hay que cuidar especialmente estas zonas:
- Usando toallitas y geles especiales.
- Quitando con mucho cuidado los restos de maquillaje (en caso de que lo usemos).
- Eliminando las legañas que podemos tener al despertar.
Cuidar el ambiente donde nos encontremos
Tanto en nuestra propia casa como en aquellos lugares donde vayamos a pasar muchas horas debemos procurar crear un ambiente sano: aireado, bien iluminado y sin exceso de humedad.
Factores de prevención en el trabajo
Los dispositivos electrónicos pueden llegar a irritar nuestros ojos, provocando la temida fatiga visual. Con simples medidas como colocar el ordenador a unos 40 centímetros de distancia e inclinado 20 grados para evitar reflejos, así como bajar el brillo de las pantallas, reduciremos los impactos negativos sobre nuestros ojos.
En el caso de que trabajemos en lugares en los que podemos tener un traumatismo ocular o con sustancias que puedan resultar peligrosas, debemos usar gafas protectoras.
Descansar los ojos
Debemos acostumbrarnos a realizar pausas de cinco minutos al menos cada dos horas de trabajo.
Un simple masaje ocular o, más sencillo aún, mirar por la ventana hacia el horizonte es lo más efectivo para evitar la fatiga de los ojos, además de relajar nuestra mente.
No tocarnos los ojos con las manos sucias y nunca frotarlos
Una cuestión de lógica que a veces olvidamos o la realizamos de forma inconsciente y que puede provocarnos infecciones.
Proteger nuestros ojos del exterior
Unas buenas gafas de sol, preferentemente polarizadas, nos van a proteger eficazmente de los rayos UV y de otras inclemencias del tiempo, como el viento.
Practicar deporte con seguridad
El deporte es muy bueno para nuestra salud general y para la salud de nuestros ojos siempre que se tomen las medidas adecuadas. Las gafas protectoras son esenciales en los deportes de aventura o de velocidad, como el esquí o el ciclismo.
Alergias
En el caso de padecer alergia a sustancias como el polen, la contaminación, el pelo de las mascotas o el polvo debemos tomar las siguientes medidas, entre otras:
- Dejar de usar lentillas.
- No frotarse los ojos.
- Usar gafas de sol al aire libre.
- No dejar las ventanas abiertas más tiempo del necesario.
Uso de lentes de contacto
Las lentes de contacto pueden provocar irritaciones oculares y otros problemas más graves, como úlceras e infecciones. Por esta razón debemos seguir estos consejos:
- Lavarse correctamente las manos al manipularlas.
- Mantener la higiene del lentillero.
- Usar los líquidos recomendados para mantenerlas e higienizarlas.
- No usar las lentillas durante más tiempo del indicado.
- No dormir con ellas.
- No usarlas para bañarse en la playa o la piscina.
Acudir con frecuencia a revisiones oftalmológicas
Dependiendo de la edad del paciente y de sus circunstancias personales, se aconseja una mayor o menor frecuencia en las visitas al oftalmólogo.
Una revisión oftalmológica es crucial para garantizarnos una buena salud ocular, detectar problemas en la visión e incluso intervenir oportunamente en el caso de que desarrollemos una enfermedad grave.
¿Cuándo limpiarse los ojos?
Lo primero que debemos tener en cuenta es que, de forma natural, los ojos no necesitan una gran limpieza extra. Esto se debe a que, gracias a la lágrima y al parpadeo, los ojos se limpian y lubrican por sí solos.
Solo será necesario realizar una limpieza específica de ojos en estos casos:
- Cuando entre en ellos algún cuerpo extraño y las lágrimas no sean suficientes para eliminar la molestia.
- Cuando se produzca alguna infección.
- Cuando lo recomiende el oftalmólogo.
¿Cómo limpiarse los ojos de forma correcta?
Los ojos y su contorno son una zona particularmente sensible y, por ello, debemos extremar las precauciones para evitar daños en la superficie ocular:
- Siempre debemos lavarnos las manos antes de tocarnos los ojos.
- Usar suero fisiológico u otros productos especialmente indicados para la higiene ocular.
- Usar gasas estériles (una para cada ojo para evitar infecciones cruzadas).
- Usar abundante agua si no disponemos de suero fisiológico.
- Limpiar siempre desde el lagrimal hacia el exterior y sin apretar.
- Acudir al médico en el caso de que las molestias se alarguen.
¿Qué productos para la higiene ocular existen?
Existe una gran variedad de productos que podemos usar para la limpieza de nuestros ojos, pero debemos tener especial cuidado a la hora de elegirlos, ya que deben estar específicamente indicados para este uso.
Suero fisiológico
El suero fisiológico es una solución estéril de cloruro de sodio al 0,9% de agua. Tiene una gran ventaja: su concentración de sal es igual a la de la sangre humana, lo que lo convierte en un producto excelente para el cuidado de nuestro organismo.
En lo que respecta a los ojos, es un producto totalmente inocuo, por lo que no les hace daño alguno. Por este motivo, es perfecto para la higiene ocular, ya que no provoca ningún tipo de irritación.
Se puede usar en caso de conjuntivitis para limpiar los ojos ayudándonos de una gasita y luego aplicar los colirios específicos que nos haya prescrito el médico.
Gasas o toallitas estériles
Son muy prácticas para la higiene ocular, aunque en el caso de blefaritis y otros problemas, puede ser desaconsejable usarlas para no empeorar la irritación, debiendo sustituirse por bastoncillos o toallitas especiales
Productos para desmaquillar
Los desmaquillantes son prácticos para quitar los restos de maquillaje, que pueden ser causa de infección. Lo que ocurre es que el propio producto desmaquillante puede causar irritación ocular, por lo que debe usarse siempre con cuidado y en dirección a la nariz, para evitar que entre en contacto con los ojos.
Productos aceitosos o vaselina
A pesar de que son un desmaquillante muy eficaz, pueden obstruir el lagrimal provocando problemas y molestias.
Infusiones y otros remedios naturales
Los ojos son unos órganos extremadamente delicados, por lo que no se deben usar infusiones y otros remedios naturales para limpiarlos o para tratar infecciones como la conjuntivitis.
Estos productos no son estériles y pueden causar graves infecciones en el globo ocular o importantes síntomas alérgicos.
¿Cuándo acudir al médico?
En el caso de molestias oculares, si después de limpiar los ojos con suero fisiológico o con agua, el picor y la incomodidad no remiten, es recomendable acudir al médico. Estas molestias no deberían durar más de 15 o 30 minutos después de que los ojos hayan sido lavados.
En este caso, el médico realizará una exploración para detectar si hay un cuerpo extraño y descartar que se hayan producido daños en la superficie corneal.
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