¿Cuál es la mejor luz para estudiar? ¿Influye mucho la luz que usamos en los resultados del estudio? Ya sea para estudiar, leer, coser, o cualquier otra actividad que precise enfocar la vista de cerca, requerimos de unas condiciones de iluminación adecuadas.
De lo contrario, forzamos demasiado la vista, causándole daño y sufriendo de problemas como picor y enrojecimiento de los ojos e, incluso, dolor de cabeza. Si quieres saber más sobre cuál es la mejor luz para estudiar (o para hacer otra actividad similar), sigue leyendo y te damos las claves que debes conocer al respecto.
¿Cuál es la mejor luz para estudiar?
En general, podemos considerar que la iluminación más adecuada para estudiar y para realizar actividades que requieran enfocar la vista es aquella que cumple con estas características:
- Debe ser una luz homogénea que se extiende en un determinado espacio (en el que estamos fijando la vista).
- Es una luz que permite crear un ambiente adecuado para la actividad que vamos a realizar. Es decir, adaptada a las características propias de cada tipo de actividad (estudiar, leer, coser, dibujar, etc.).
- Debe ser una luz con una intensidad adecuada a cada actividad. O sea, ni demasiado floja ni demasiado intensa.
¿Qué consejos debemos seguir para preparar la mejor luz para estudiar?
A partir de estas premisas, podemos determinar una serie de consejos generales que nos ayudarán a encontrar la mejor luz para estudiar o para el tipo de actividad que vayamos a realizar.
- La luz debe venir desde arriba. En concreto, por encima del hombro izquierdo en caso de las personas diestras y por encima del hombro derecho en el caso de las personas zurdas.
- Se deben evitar las luces que produzcan reflejos.
- En el caso de la luz para estudiar, o cuando trabajamos sobre una mesa o escritorio, lo más conveniente es que la luz que ilumine la zona de estudio provenga de una lámpara con un brazo articulado y cabezal orientable. De esta forma, podemos dirigir el haz de luz justo donde queremos, dándole el enfoque adecuado y evitando las molestias asociadas a los reflejos.
- También es recomendable que la lámpara permita regular la intensidad y la temperatura de la luz. De este modo, mejoraremos la experiencia visual y evitaremos sufrir fatiga visual antes de tiempo.
- Las luminarias tipo LED dan una luz muy agradable y, además, optimizan la energía, permitiendo un ahorro tanto económico como energético. Por todo ello, son la mejor opción a la hora de escoger las bombillas que nos darán luz durante el estudio u otra actividad similar.
¿Existen otros aspectos importantes que también debas tener en cuenta?
Más allá de los consejos generales a la hora de determinar cuál es la mejor luz para estudiar, otros elementos importantes que debemos tener en cuenta y que influyen en la calidad de luz que usamos durante el estudio son los siguientes:
La temperatura de la luz
La luz puede presentar tres temperaturas básicas: fría, neutra o cálida. Diversos estudios han constatado que las luces frías (de entre 4.000 y 5.000k) son las más apropiadas para crear un ambiente de trabajo que requiere fijar la vista en distancias cortas y prestar mucha atención. Estudiar, obviamente, se sitúa en este contexto.
El Índice de Reproducción Cromática (IRC)
Otro aspecto importante que se debe tener en cuenta a la hora de determinar cuál es la mejor luz para estudiar es el IRC, ya que permite una reproducción más o menos acentuada y fiel de los colores. El IRC es la medida que se utiliza para medir la capacidad de una fuente de luz para mostrar los colores de un objeto de manera “real”. Es decir, tomando como referencia la iluminación natural. En este sentido, con el fin de evitar las distracciones y la pérdida de la concentración, se recomienda que el IRC sea bajo. De este modo, se evita una reproducción demasiado intensa de los colores.
Cantidad de lúmenes
Finalmente, otro aspecto que se debe tener en cuenta es la cantidad de lúmenes por metro cuadrado, ya que también influye en el ambiente que conseguimos para realizar el estudio. En este sentido, se recomienda que las luminarias que se utilicen para estudiar tengan entre 400 y 500 lúmenes.
Todos estos elementos influyen en la capacidad y calidad del estudio, por lo que no deben ser menospreciados a la hora de escoger el tipo de luz con la que realizamos actividades que, como el estudio, requieren fijar la atención y la vista en las distancias cortas.
Fuentes