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Uveítis posterior: qué es y cuál es su diagnóstico y tratamiento

Hombre con ojos azules durante exploración oftalmológica

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Lo que se conoce como uveítis posterior es, en realidad, una inflamación de la úvea, que es la capa intermedia de tejido que se encuentra entre la esclerótica y la retina y que suministra la mayor parte del flujo sanguíneo a esta última. Se denomina posterior para diferenciarla de otros tipos de uveítis, ya que, en este caso, la inflamación afecta a las estructuras del fondo de ojo. 

Aunque en un buen número de casos la uveítis posterior está causada por una infección, a veces no es tan fácil determinar el origen de este problema visual.

¿Qué es la uveítis?

Uveítis es un término general que hace referencia a la inflamación de la parte del ojo conocida como úvea. La úvea es una capa relativamente gruesa y resistente de tejido fibroso que envuelve y protege el globo ocular y que consta de tres partes: el iris, el cuerpo ciliar y la coroides.

La úvea contiene muchos vasos sanguíneos y nutre a otras estructuras oculares. Por eso, su inflamación puede afectar a la córnea, a la retina, a la esclera y a otras partes vitales del ojo.

La uveítis es responsable de uno de cada 10 casos de ceguera y es una enfermedad compleja de manejar, ya que puede tener causas sistémicas que hay que investigar para determinar qué tratamiento es el más adecuado en cada caso.

¿Qué es la uveítis posterior?

Hablamos de uveítis posterior cuando la inflamación afecta a las estructuras del fondo de ojo:

  • Coroides. En este caso, hablamos de coroiditis.
  • Retina. En este caso, hablamos de retinitis.
  • Coroides y retina. En este caso, hablamos de coriorretinitis.
  • Retina y nervio óptico. En este caso, hablamos de neurorretinitis.

La inflamación de los vasos centrales de la retina (vasculitis retiniana), también se considera una forma de uveítis posterior.

Los casos de uveítis posterior representan el 15% del total de las uveítis y es uno de los tipos de uveítis más asociado a la pérdida de visión.

Tipos de uveítis

Según su localización anatómica

Uveítis anterior

  • Se produce cuando la inflamación se localiza en la cámara anterior del globo ocular.
  • A menudo se denomina iritis, debido a que sólo suele afectar al iris.
  • Se llama iridociclitis si afecta al iris y al cuerpo ciliar.
  • Sus síntomas más habituales son:
  • Es la más frecuente, ya que representa el 80% de los casos de uveítis.
  • Es más común en personas jóvenes y de mediana edad.

Uveítis intermedia

  • Se produce cuando la inflamación se localiza en la retina y el vítreo periférico.
  • Se llama pars planitis cuando afecta específicamente a la pars plana, una parte del cuerpo ciliar.
  • Eta uveítis generalmente es indolora, pero va acompañada de una disminución de la agudeza visual y de una percepción de pequeños puntos negros flotantes (miodesopsias).

Uveítis posterior

Como hemos dicho, se produce cuando la inflamación se localiza en las estructuras del fondo del ojo (coroides, retina o ambas).

Panuveítis o uveítis difusa

  • Aparece cuando están afectadas todas las estructuras del ojo.
  • Es la forma más grave de uveítis.
  • Suele estar relacionada con la presencia de una enfermedad sistémica.

Según su aparición

Uveítis repentina

Se presenta de forma inesperada e imprevista y presenta síntomas desde un primer momento.

Uveítis insidiosa

La uveítis comienza lentamente, sin síntomas evidentes en un principio, pero puede tener consecuencias graves.

Según su duración

Uveítis limitada

Cuando el episodio de uveítis tiene una duración inferior a 3 meses.

Uveítis persistente

Cuando la uveítis dura más de 3 meses.

Según su evolución

Uveítis aguda

Son episodios de uveítis que están caracterizados por un inicio súbito y una duración limitada.

Uveítis recurrente

Se produce una uveítis recurrente cuando aparecen episodios repetidos separados por periodos de inactividad sin tratamiento que duran menos de 3 meses.

Uveítis crónica

Las uveítis crónicas son aquellas con un inicio insidioso y que son persistentes. En estas uveítis la inflamación se reactiva de forma precoz (antes de 3 meses) al retirar el tratamiento.

¿Cuáles son las causas de la uveítis posterior?

Las causas de la uveítis posterior son numerosas y de diversa gravedad, aunque alrededor del 50% de los casos se consideran idiopáticos, es decir que están derivados de procesos propios del ojo y los resultados de la exploración del paciente a nivel sistémico son negativos.

Causas infecciosas

Incluye las infecciones bacterianas, fúngicas, parasitarias y víricas.

Las causas más comunes en estos casos son:

  • Toxoplasmosis. Consiste en la infección por un parásito llamado toxoplasma gondii que se enquista en la retina, desde donde puede reactivarse y producir un foco de retinitis.
  • Infección por virus del herpes. Cuando afecta a la retina produce un cuadro muy grave conocido como síndrome de necrosis retiniana aguda.
  • Sífilis.
  • Tuberculosis.
  • Rubeola.
  • Sarampión.
  • Infecciones por arbovirus, como el Dengue, el virus del Nilo Occidental y el Chikungunya.

A menudo, los virus pueden pueden permanecer latentes en el organismo y provocar complicaciones graves y pérdida de visión con el tiempo.

Causas no infecciosas

  • Enfermedades autoinmunes como:
    • Lupus eritematoso sistémico.
    • Artritis reumatoide.
    • Espondilitis anquilosante.
    • Sarcoidosis.
    • Poliartritis nodosa.
    • Enfermedad de Birdshot.
    • Enfermedad de Behcet.
    • Psoriasis.
    • Enfermedad de Kawasaki.
  • Alergias.
  • Neoplasias malignas.
  • Traumatismos.
  • Complicaciones de una cirugía ocular.

¿Cuáles son los síntomas de la uveítis posterior?

Como en todas las anomalías visuales, es importante identificar los principales síntomas de la uveítis posterior para que sean tratados de forma precisa, evitando al mismo tiempo posibles complicaciones más graves.

De hecho, uno de los problemas de la uveítis posterior es que, en muchos casos, se trata de una enfermedad asintomática durante sus primeros estadios. Debido a esto, es importante acudir al oftalmólogo con frecuencia, puesto que, mediante el uso de herramientas de diagnóstico avanzadas, podrá ver el interior del ojo del paciente y determinar si puede estar ante un caso de uveítis.

La uveítis posterior no provoca un dolor regular ni frecuente, pero sí que suele estar asociada a algunos síntomas que el paciente puede identificar con facilidad:

  • Las moscas volantes, también llamadas miodesopsias, son un síntoma claro de la infección que provoca la uveítis posterior. No obstante, no aparecen siempre en todos los pacientes ni lo hacen de la misma manera, aunque son un síntoma recurrente en estos casos.
  • También puede desarrollar escotomas, que son pequeñas áreas del campo visual donde la visión es menos sensible o está incluso ausente.
  • Visión borrosa.
  • Disminución de la agudeza visual, especialmente para apreciar aquellos objetos que se encuentran a distancia media.

¿Cómo se realiza el diagnóstico de la uveítis posterior?

El oftalmólogo es la única persona con facultad para realizar un diagnóstico de la uveítis posterior. Para ello, debe realizar una exploración del paciente que incluya:

Lo más habitual es que en este examen se aprecien signos clínicos como:

  • Vasos sanguíneos del ojo inflamados.
  • Humor vítreo que presenta cierta turbidez en los alrededores del foco inflamatorio.
  • Superficie retiniana llena de manchas amarillas y blancas.
  • Edema de papila.

A veces, también son necesarias algunas pruebas complementarias como:

Tan pronto como se haya diagnosticado la uveítis posterior, se deberá realizar un examen etiológico para conocer la causa de la inflamación.

Debido a que la uveítis posterior tendrá un tratamiento diferente según el origen que cause el problema, el diagnóstico acertado es una fase crucial previa al tratamiento.

¿Cuáles son los posibles tratamientos para la uveítis posterior?

No tratar a tiempo una uveítis posterior podría generar otros problemas visuales más graves, como, por ejemplo:

Los tratamientos de esta enfermedad se centran básicamente en atacar el origen de la infección que ha dado lugar a la uveítis posterior. De ahí la importancia de un examen etiológico oportuno y acertado.

Por ejemplo, en el caso de que el origen de la infección sea bacteriano, se suelen recomendar antibióticos y, en el caso de que haya hinchazón, algún antiinflamatorio. Este tratamiento puede ir acompañado de corticoides, gotas oftálmicas que dilatan la pupila para aliviar el dolor y, en algunos casos, el uso de gafas de sol que protejan la zona ocular mientras dure el tratamiento.

En cualquier caso, el tratamiento deberá ser siempre prescrito por un oftalmólogo, y el paciente nunca deberá automedicarse ni autodiagnosticarse. 

¿Qué factores de riesgo pueden contribuir a su aparición?

Aunque cualquier persona tiene riesgo de poder padecer uveítis posterior, existen algunos patrones que suelen darse en muchos de los pacientes diagnosticados, lo que hace que las personas que estén dentro de los siguientes grupos tengan mayor probabilidad de llegar a padecer uveítis en alguna de sus formas. 

  • Personas con familiares que hayan padecido uveítis. Se cree que existe un factor genético que hace que determinadas personas tengan mayor facilidad que otras a la hora de presentar uveítis, ya que suele ser una enfermedad habitual dentro de las mismas familias. 
  • Personas que están en contacto con animales. Tanto si se trata de animales salvajes como domésticos. Los animales pueden ser focos de transmisión de algunas enfermedades infecciosas (por ejemplo, la toxoplasmosis). Debido a esto, las personas que están en contacto con animales deberán extremar las precauciones y la higiene después del contacto con los mismos. 
  • Personas con un sistema inmunológico deprimido.  Las personas de edad avanzada o los pacientes con VIH u otras enfermedades que puedan deprimir el sistema inmunitario son más sensibles a cualquier tipo de infección, lo que puede favorecer la aparición de una uveítis posterior. 

Pertenecer a alguno o varios de estos grupos no implica, en ningún caso, que se tenga o se vaya a tener un problema de uveítis. Sin embargo, sí que es importante que estas personas se realicen revisiones oftalmológicas de forma regular o siguiendo las indicaciones de su médico de cabecera, ya que, en el caso de que se llegase a producir un posible caso de uveítis, será la mejor forma de diagnosticarla de forma temprana.

¿Con qué frecuencia aparece la uveítis posterior?

En la uveítis posterior la inflamación puede llegar a ser recurrente o crónica. Si es el caso, la uveítis posterior puede llegar a durar meses e, incluso, años y provocar daños permanentes en la visión si no se está tratando ni controlando.

¿La uveítis posterior es contagiosa?

La uveítis no es una infección, sino una respuesta inflamatoria a un factor primario, por lo que no es contagiosa.

Conclusiones clave

La uveítis es la inflamación de la úvea y, según su  localización, puede ser anterior, intermedia, posterior o panuveítis.

La mayoría de los casos son idiopáticos, pero las causas conocidas incluyen infecciones, traumatismos y enfermedades autoinmunes.
* El tratamiento a menudo incluye corticosteroides tópicos y un agente cicloplégico-midriático, junto con el abordaje de cualquier causa específica.

Fuentes



 

Regla 20 20 20: la técnica para tratar el síndrome visual informático y reducir la fatiga visual

Mujer con camiseta gris descansando la vista frente al ordenador

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¿Conoces la regla 20-20-20? ¿Habías oído hablar del síndrome visual informático? Ambos conceptos están relacionados, pues la primera puede ser una solución para el segundo.

Si pasas mucho tiempo delante del ordenador y eso te provoca síntomas como fatiga ocular o visión borrosa, sufres del llamado “síndrome visual informático”. Aplicar la regla 20 20 20 puede ayudarte a tratarlo. En este artículo te contamos qué es y cómo funciona la regla 20-20-20 para tratar el síndrome visual informático. 

¿Qué es el síndrome visual informático?

El síndrome visual informático es un trastorno provocado por el sobreesfuerzo visual que soportamos cuando nos exponemos a las pantallas electrónicas durante mucho tiempo, como ordenadores, teléfonos móviles, tabletas, videoconsolas, etc.

Cuando pasamos mucho tiempo delante de una pantalla y, sobre todo cuando implica una mayor concentración, se producen dos efectos:

  • El ojo tiene que hacer un gran esfuerzo para acomodarse de forma continua.
  • Tendemos a reducir el número de parpadeos.

Este sobreesfuerzo puede provocar los siguientes síntomas: 

Estos síntomas suelen ser temporales y desaparecen cuando dejamos de usar las pantallas electrónicas.

Un adecuado reparto del tiempo de trabajo y de descanso, y la aplicación de una serie de medidas preventivas,  puede contribuir a evitar o minimizar el síndrome visual informático. Una de ellas es la regla 20-20-20. 

¿Qué es la regla 20-20-20?

La regla 20-20-20 fue ideada por Jeffrey Ansehl, un oftalmólogo que se dedicaba a ayudar a las empresas a minimizar el daño visual de sus empleados.

En la actualidad, pocas investigaciones han probado la eficacia de la regla 20-20-20, pero tanto la Asociación Americana de Optometría (AOA) como la Academia Americana de Oftalmología (AAO) la recomiendan como forma de reducir la fatiga ocular.

La clave de eta regla está en descansar cada poco tiempo y fijar la vista en otro lugar. Concretamente consiste en:

  • Parar cada 20 minutos.
  • Durante 20 segundos.
  • Y mirar a una distancia de 20 pies (unos 6 metros).

Muy fácil, ¿verdad? Con la regla 20-20-20 evitamos estar enfocando a distancias cortas durante mucho tiempo, lo que permite variar la distancia focal y descansar la vista. Sin embargo, no siempre es fácil ponerla en práctica, pues algunos espacios de oficinas son reducidos y el trabajo nos absorbe con demasiada frecuencia. 

¿Cómo puede ayudar a la vista la regla 20-20-20?

Además de evitar o minimizar los síntomas asociados al síndrome visual informático, la regla 20-20-20 tiene otros beneficios:

  • Mejora las molestias causadas por el ojo seco.
  • Contribuye a mantener una buena visión binocular.

¿Cómo aplicar la regla 20-202-20?

Existen algunos métodos que pueden ayudar a poner en práctica la regla 20-20-20:

  • Programar una alarma para que suene cada 20 minutos mientras se trabaja como recordatorio para tomarse un descanso.
  • Mirar por una ventana durante las pausas de 20 segundos. En caso de duda, es mejor buscar una distancia mayor en lugar de una menor.
  • Usar aplicaciones móviles especialmente diseñadas para seguir la regla 20-20-20.
  • Se puede combinar la regla 20-20-20 con otros ejercicios que ayuden a estirar el cuerpo, especialmente el cuello y los hombros, que también se ven muy perjudicados por el trabajo frente al ordenador.

Otras medidas para evitar la fatiga visual

Además de la regla 20-20-20, existen otras medidas que pueden ayudarnos a prevenir la fatiga visual causada por el uso excesivo de la visión cercana durante el trabajo con pantallas:

  • Colocar la pantalla del ordenador a una distancia de entre 50 cm y 1 metro de los ojos y siempre por debajo de la línea de visión.
  • Ajustar el contraste y el brillo de las pantallas.
  • Usarlas siempre con una iluminación adecuada.
  • Evitar los reflejos.
  • Pestañear con más frecuencia para producir lágrima e hidratar el ojo.
  • Usar lágrimas artificiales.
  • Pasar menos tiempo frente al ordenador, en el caso de que sea por ocio.
  • Realizarse revisiones oftalmológicas periódicamente.

Hoy en día pasamos mucho tiempo delante de las pantallas, sean del tipo que sean, aunque esta situación empeora en el caso de las personas que trabajan con el ordenador. Esto supone un mínimo de 8 horas al día delante de un monitor, lo que, sin duda, supone un mayor riesgo de sufrir el síndrome visual informático. La higiene visual (al igual que ocurre con la postural), nos puede ayudar a evitarlo o minimizarlo, por eso es importante contar con medidas de prevención como la regla 20-20-20.

¿Cuándo debo consultar a un oftalmólogo?

En algunos casos, la fatiga visual puede persistir, aunque se esté usando la regla 20-20-20 y otros métodos de prevención del síndrome visual informático. Cualquier persona que se encuentre en esta situación, debe consultar con un oftalmólogo para que éste compruebe si existen patologías subyacentes, como problemas refractivos no corregidos.

A la hora de aplicar un tratamiento o de dar ciertas recomendaciones, el médico tendrá en cuenta la ocupación del paciente y su estado general de salud.

Conclusiones clave

La regla 20-20-20 es un método que se aplica para reducir los síntomas provocados por un uso excesivo de las pantallas.

Consiste en hacer descansos de 20 segundos cada 20 minutos y mirar a un punto situado a 6 metros o más (20 pies). 
* Existen otros métodos para aliviar la fatiga ocular, como usar lágrimas artificiales o reducir el tiempo de exposición a las pantallas.

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Miopía magna en niños: qué es, causas, síntomas y cómo se trata

Niño con camiseta azul y gafas

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La miopía es una patología que aparece cuando las imágenes se enfocan delante de la retina y no sobre ella, debido a que el ojo tiene una longitud mayor de lo normal. Esto provoca una malaga visión de lejos.

En el caso de la miopía magna, también conocida como miopía patológica o degenerativa, se produce un alargamiento posterior del globo ocular que se asocia con un adelgazamiento de las paredes del ojo. Los pacientes que la padecen tienen más de 6 dioptrías y su presencia puede suponer un riesgo para la visión, pues puede derivar en patologías más severas. Sin embargo, ¿puede presentarse la miopía magna en niños?

¿Qué es la miopía magna en niños?

Los niños que presentan miopía a edades muy tempranas tienen un mayor riesgo de desarrollar miopía magna en la edad adulta, multiplicando por 10 el riesgo de sufrir complicaciones oculares graves. 1 de cada 10 niños con miopía desarrollará miopía magna.

La miopía magna afecta a un 2% de la población y puede derivar en otros trastornos de la visión, como:

La aparición de estos problemas secundarios a la miopía es poco habitual en el caso de los niños, pero sí pueden presentarse en un pequeño porcentaje de casos, sobre todo en pacientes que tienen entre 8 y 12 años. 

La edad a la que aparece la miopía en niños influye en la calidad de la visión que el paciente tendrá en la etapa adulta.

  • Cuando la miopía aparece en niños menores de 10 años, es muy posible que tenga una fuerte evolución en la etapa adulta, y el paciente tendrá un mayor riesgo de padecer otras patologías.
  • Cuando aparece entre los 10 y 17 años, la miopía tendrá una evolución menor en la edad adulta.

Por eso, es fundamental cuidar y controlar la miopía en niños y, especialmente, prevenir su aumento. El periodo clave en el que la miopía crece es entre los 7 y los 17 años: esos 10 años son la única posibilidad de intervenir en este proceso.

¿Cómo evoluciona la miopía magna en niños?

  • La miopía magna habitualmente es de inicio precoz y se presenta en niños entre los 4 y los 10 años.
  • Comienza en valores refractivos altos, entre -4 y -7 dioptrías.
  • Tiende a estabilizarse al finalizar la adolescencia, aunque es posible que siga aumentando poco a poco a partir de ese momento.
  • En ocasiones, hay un periodo de tiempo durante el crecimiento del niño en el que las dioptrías aumentan a gran velocidad.  
  • Las lesiones degenerativas coriorretinianas se suelen manifestar a partir de los 50 años.

Es decir, cuando un niño presenta miopía, no se suele convertir en miopía magna hasta la edad adulta, pues lo habitual es que las dioptrías aumenten gradualmente a lo largo de su vida. Sin embargo, a veces la miopía magna sí aparece en niños cuando se produce una subida rápida de esas dioptrías. 

Ante esta situación, es muy importante acudir al oftalmólogo para controlar la evolución de la miopía. 

Ojo normal y ojo con miopía magna

¿Cuáles son las causas y factores de riesgo de la miopía magna en niños?

No se conoce exactamente cuáles son las causas de la miopía magna, aunque científicamente se acepta que la aparición de la miopía se debe a una combinación de factores genéticos predisponentes que se ven influenciados por factores ambientales. En general, se considera que los factores genéticos tienen más peso en el caso de los miopes magnos.

Factores genéticos

Los niños con antecedentes familiares de miopía en la familia tienen 3 veces más probabilidades de padecer miopía que los niños sin antecedentes familiares.

Factores ambientales

Diferentes estudios indican que existe una correlación entre la frecuencia y progresión de la miopía con factores ambientales como:

  • La cantidad de trabajo que se realiza utilizando la visión próxima.
  • El desarrollo socioeconómico del país del paciente.
  • La falta de actividades al aire libre.

Posiblemente, los factores ambientales pueden adelantar la aparición de miopía en personas con una base genética predispuesta, aunque no está claro.

¿Cuáles son los síntomas de la miopía magna en niños?

Cualquier niño que empieza la etapa escolar debería acudir al oftalmólogo para realizar una revisión preventiva de su salud ocular, es la mejor forma de detectar a tiempo la miopía antes de que aparezcan los primeros síntomas.

En el caso de los más pequeños, los padres o las personas que convivan con ellos pueden advertir algunos signos que son clave para determinar si el niño está comenzando a desarrollar miopía:

  • Mala visión de lejos. A los 6 o 7 años, un niño ya ve prácticamente igual que un adulto, por eso es aconsejable preguntarles si son capaces de ver objetos lejanos o si leen lo que pone en los carteles.
  • Acercarse demasiado a los objetos para poder verlos. Los niños suelen acercarse mucho a los objetos cuando hay algo que les llama la atención, por eso no siempre que desarrollan estos comportamientos es un síntoma de que padecen miopía. Si el niño siempre repite este patrón, será necesario que le revise un oftalmólogo.
  • Frunce o guiña los ojos.
  • Presenta dolor de cabeza y cansancio con frecuencia.

Aunque estos síntomas pueden revelar la presencia de miopía en niños, lo más aconsejable es acudir a revisión con un oftalmólogo especialista una vez al año para poder controlar este problema refractivo a tiempo.

¿Cómo se diagnostica la miopía magna en niños?

Para llevar a cabo el diagnóstico, es necesaria una correcta medición de la graduación. Este proceso, en el caso de los niños, se realiza siempre dilatando las pupilas con colirios ciclopléjicos que paralizan la acomodación.

¿Cuál es su tratamiento?

La miopía magna no tiene un tratamiento específico, ya que las decisiones terapéuticas se tomarán en función de las circunstancias de la persona que la padezca, así como de las complicaciones que puedan ir apareciendo. Por ejemplo, si se prevé un posible desprendimiento de retina, se puede tratar a modo de prevención con fotocoagulación con láser.

En el caso de la miopía magna en niños, se trata de evitar llegar a esas altas graduaciones por encima de las 6 dioptrías, por lo que es importante un diagnóstico precoz y un seguimiento detallado. Además de controlar la miopía para no llegar al desprendimiento de retina o las maculopatías miópicas, también se busca la comodidad y la mejora visual del paciente. 

Cada caso es diferente, pero algunos de los posibles tratamientos en función de la aparición de enfermedades patológicas asociados a la miopía magna son:

  • Uso de lentillas.
  • Lentes intraoculares.
  • Inyecciones intraoculares.
  • Fotocoagulación con láser.
  • Cirugía vitreorretiniana.

Sin embargo, es un especialista el que tiene que evaluar al paciente de manera individual y establecer la solución que mejor se adapte a su situación. 

En conclusión, la miopía magna en niños, al igual que en los adultos, ha de ser controlada por un especialista para que no solo sea tratado el problema de visión en sí (no ver de lejos), sino también para que no aparezcan otras patologías asociadas, como el desprendimiento de retina, el glaucoma o las cataratas. En definitiva, que la prevención es la mejor manera de evitar o frenar futuras pérdidas de visión.

¿Qué puedo hacer para prevenir la miopía magna en mi hijo?

Hoy por hoy, la miopía magna no se puede prevenir. No obstante, está científicamente demostrado que la miopía que aparece en la infancia es más susceptible de evolucionar y provocar la aparición de miopía magna.

Por esta razón, el objetivo es intentar controlar esta progresión (especialmente si vemos que evoluciona de manera alarmante) con métodos tanto ópticos como farmacológicos avalados por la evidencia científica.

Debemos recordar que el control de la miopía sólo es eficaz en la infancia. La miopía progresa entre los 6-7 y los 17 años. Esos 10 años son el único periodo en que se puede intervenir para evitar el crecimiento de la miopía. Dentro de esto, todos los estudios coinciden en que la edad para optimizar los beneficios de los diferentes tratamientos en el control de la miopía está entre los 6 y los 9 años.

Revisiones

Es fundamental que todos los niños se realicen una primera exploración oftalmológica entre los 3 y 4 años para detectar precozmente la aparición de miopía. Esto es más importante si existen antecedentes familiares de miopía o de problemas oftalmológicos.

En función de la exploración realizada, se establecerá cuál es la situación actual, cuál es el riesgo evolutivo de la miopía del niño y se recomendará un tratamiento.

Una vez se inicie el tratamiento, se irán realizando controles cada 6 meses, salvo que se observe algún cambio que aconseje revisar el tratamiento con mayor frecuencia.

Ortoqueratología 

La ortoqueratología es una técnica que se basa en el uso de lentes de contacto de uso nocturno. Son lentes de contacto específicas para dormir con ellas.

Esta técnica es de las más efectivas, especialmente en niños con miopía simple (menos de 6 dioptrías), ya que es capaz de frenar la miopía en niños hasta un 50%.

Lentillas blandas de desenfoque periférico

Esta técnica es similar a la ortoqueratología, pero sin necesidad de que el niño lleve lentillas mientras duerme.

Estas lentillas blandas tienen una geometría especial, el centro de la lentilla está pensado para corregir el defecto refractivo del niño, y la periferia de la lentilla va a corregir el desenfoque en la retina periférica, que es la que se encarga del control de la miopía.

Este sistema de control de la progresión de la miopía en niños consigue muy buenos resultados en miopías leves (por debajo de las 4 dioptrías).

Gotas de atropina

Este método se basa en aplicar unas gotas diarias de atropina con una baja concentración en los ojos del niño para frenar la miopía.

Este método ofrece buenos resultados, pero puede tener efecto rebote, es decir, existe la posibilidad de que cuando se dejan de usar las gotas de atropina, la miopía vuelva y crezca al mismo ritmo que hubiese crecido sin el tratamiento.

¿Mi hijo puede practicar deportes si tiene miopía magna?

Es muy importante que el paciente con miopía magna siga con detalle las indicaciones de su oftalmólogo. De ello dependerá la evolución de la enfermedad.

En general, en el caso de las personas con grandes miopías que tengan lesiones retinianas (retinopatía miópica, degeneración retiniana, antecedentes de desprendimiento de retina u otras alteraciones) se aconseja evitar situaciones que supongan movimientos muy bruscos de los ojos y, especialmente, cambios bruscos de aceleración/desaceleración como: tirarse de cabeza al mar o la piscina, saltos con motos, puenting, montaña rusa…

Conclusiones clave

La miopía magna se produce por un alargamiento del globo ocular en su parte posterior y puede tener graves consecuencias para la visión si surgen problemas patológicos secundarios, como el desprendimiento de retina.

Estos problemas suelen aparecer en la edad adulta, pero la miopía magna suele tener un inicio precoz, entre los 4 y los 10 años.
* En estos casos, es necesario controlar su progresión para evitar futuras pérdidas de visión.

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Miosis pupilar y pupilas puntiformes: ¿qué puede causarlas?

Mitad de la cara de mujer pelirroja

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Se conoce como miosis pupilar o pupilas puntiformes a la contracción de la pupila. Se trata de un reflejo normal ante situaciones de abundante luz, pero, cuando la miosis se manifiesta de forma asimétrica o en entornos poco iluminados, es posible que nos encontremos ante un caso de miosis patológica, que puede ser indicativa de algunas enfermedades.

Si quieres obtener más información sobre la miosis pupilar y cómo una miosis anormal puede ser el síntoma de algunas enfermedades graves, sigue leyendo este artículo.

¿Qué son la miosis pupilar y la midriasis pupilar?

La pupila es la parte oscura del ojo y se ubica justo en el centro del iris. La pupila se puede contraer o dilatar en función de las necesidades de luz de nuestro sistema visual.

  • Cuando hay mucha luz en el ambiente, la pupila se contrae para dejar pasar menos luz. Este acto reflejo es el que se conoce como miosis pupilar o pupilas puntiformes.
  • Por el contrario, cuando hay poca luz en el ambiente, la pupila se dilata para dejar pasar más luz. Este acto, que también es reflejo, es el que se conoce como midriasis pupilar.

Gracias a estos dos reflejos, el ojo puede graduar correctamente la entrada de luz a su interior.

¿Qué es la miosis patológica?

Aunque tanto la miosis pupilar como la midriasis pupilar son actos reflejos naturales, existen determinadas situaciones que pueden provocar que estos mecanismos no funcionen correctamente.

En concreto, en el caso de la miosis pupilar, cuando ésta se presenta de manera asimétrica (diferente en ambos ojos), o cuando se manifiesta en espacios poco iluminados (donde la pupila debe reaccionar con midriasis para permitir una mayor entrada de luz) hablamos de miosis patológica.

¿Cuáles son los síntomas de las pupilas puntiformes o miosis?

Los síntomas de la miosis pueden variar en función de la causa subyacente, aunque los más comunes son:

  • Reducción significativa del tamaño de las pupilas.
  • Visión borrosa o dificultad para enfocar los objetos, tanto los cercanos como los lejanos. Esto puede ocurrir, sobre todo, en entornos con poca luz.
  • Fotofobia o sensibilidad a la luz. Como las pupilas no se dilatan ni se contraen adecuadamente, incluso la luz moderada puede ser incómoda y/o dolorosa para el paciente con miosis, ya que sus ojos no pueden regular correctamente la cantidad de luz que reciben.

Ojo verde de mujer pelirroja

¿Qué puede indicar la miosis patológica?

Este tipo de miosis pupilar suele ser un síntoma que nos indica que algo no está funcionando correctamente en el organismo, y se suele relacionar con algunos de los siguientes problemas.

Lesiones de integración del reflejo motor

Desde el momento en el que la luz del exterior llega a los ojos, se pone en marcha una compleja respuesta de nuestro organismo. Esta respuesta pasa porque la retina convierte la luz en señales eléctricas que pasan a través del nervio óptico hasta el cerebro, que las interpreta en forma de imágenes. Asimismo, el cerebro es el encargado de emitir una respuesta al ojo para que module correctamente la dilatación de la pupila.

Cuando alguno de estos elementos no funciona como debería, es muy posible que estemos ante algún tipo de lesión de integración del reflejo. Esto puede deberse a muchas causas, entre otras:

  • Hemorragia interna.
  • Síndrome de Horner.
  • Tumor de Pancoast.

Ante la presencia de una miosis pupilar anormal, será necesario acudir de inmediato al médico para que pueda realizar un examen completo del paciente.

Presencia de sustancias tóxicas, drogas o medicamentos

Por otro lado, hay que tener en cuenta que otra de las posibles causas de una miosis patológica o de una miosis pupilar anormal se puede encontrar en la presencia de determinadas sustancias en el organismo.

Algunas de estas sustancias son:

  • Los derivados de los opioides.
  • Algunos medicamentos utilizados en el tratamiento de la hipertensión o el glaucoma.
  • Algunos antihistamínicos.
  • Algunas sustancias antipsicóticas.
  • La nicotina.

Es importante tener en cuenta este punto e informar correctamente al médico en el caso de que se aprecie alguna manifestación de una miosis pupilar anormal.

Traumatismos

Las contusiones son lesiones traumáticas en el cerebro que están causadas por un golpe fuerte en la cabeza. Uno de los signos de alerta que pueden indicar una lesión grave en el cerebro es una contracción de las pupilas que es persistente en el tiempo. Ante este signo debe solicitarse atención médica urgente.

Síndrome de Horner

Esta enfermedad afecta a un solo lado de la cara y puede causar la caída parcial del párpado (ptosis), además de la pupila contraída y el ojo hundido.

Se produce por la interrupción de la vía nerviosa desde el cerebro hasta la cabeza y el cuello debida a un daño en los nervios simpáticos faciales que regulan el funcionamiento del músculo ciliar.

El síndrome de Horner puede ser consecuencia de otro problema médico como:

  • Un accidente cerebrovascular.
  • Un tumor.
  • Una lesión de la médula espinal.

¿Para qué sirve la exploración de los reflejos pupilares?

Como se puede ver, tanto la miosis pupilar como la midriasis pupilar son reflejos naturales en nuestros ojos. Sin embargo, en determinadas circunstancias, cuando no se producen con normalidad, puede ser indicativas de que existe algún problema de salud al que es importante que se le preste la debida atención.

Por esta razón, el médico realizará una exploración de los reflejos pupilares si lo considera necesario. Este examen permite comprobar si los reflejos de la pupila a la luz son los adecuados, y ayudará a identificar posibles enfermedades o problemas de salud que pueda sufrir el paciente.

Conclusiones clave

La miosis es la disminución del tamaño de la pupila que se produce para regular la entrada de luz al globo ocular en situaciones de mucha luminosidad.

Cuando la miosis es anormal (asimétrica o permanente) puede ser síntoma de una intoxicación por ciertas sustancias, un accidente cerebrovascular, un traumatismo…
* La miosis patológica puede indicar un problema grave de salud y es una urgencia médica.

Fuentes



 

Leucocoria o pupila blanca: qué es, causas, síntomas y tratamiento

Chica con melena rubia durante revisión oftalmológica

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La leucocoria o pupila blanca es uno de los posibles efectos que se dan en los ojos al ser examinados bajo un haz de luz. En estos pacientes, la pupila aparece blanca, lo que suele ser indicativo de algún problema ocular que el médico deberá determinar después de hacer un diagnóstico personalizado. 

¿Qué es la leucocoria?

Se denomina leucocoria (pupila blanca o pupila de gato) al efecto de que la pupila se vea blanca o blanquecina al someterla a un haz de luz. En el caso de los ojos sanos, cuando se someten a un haz de luz, las pupilas adquieren un color rojizo. 

El reflejo rojo normal del ojo del ser humano se debe a que la luz se refleja en la retina a través de los medios transparentes del globo ocular: la córnea, la pupila, el cristalino y el vítreo. De tal manera que, ese color rojo, se debe a que estamos viendo la capa vascular que conforma la coroides, el tejido que nutre de oxígeno a la retina. Cualquier interferencia en estas estructuras provocaría un reflejo rojo alterado o leucocoria.

Por ello, hay que entender la leucocoria no como una enfermedad en sí misma, sino como un síntoma o signo clínico que puede indicarnos que existe un problema ocular en el paciente  y que éste necesita atención por parte de un oftalmólogo. 

¿Cuáles son los síntomas de la leucocoria?

Más allá de que la pupila se vea blanquecina, no existen otros síntomas necesariamente asociados a la leucocoria. Esto se debe a que, como se ha explicado, la pupila blanca es en sí misma un síntoma, por lo que habrá que evaluarla en relación al problema concreto que la causa. 

Chica con melena rubia durante revisión oftalmológica

¿Cómo se detecta?

La detección de la leucocoria es muy sencilla, aunque no suele ser apreciable a simple vista.

  • El oftalmólogo la puede detectar en una revisión rutinaria de la vista haciendo uso de un retinoscopio, que permitirá ver el reflejo retiniano o reflejo de Bruckner.
  • También se puede detectar haciendo uso de un oftalmoscopio, con el que se puede observar el fondo del ojo
  • Otra forma habitual de detección de la leucocoria (al menos para poner en alerta al paciente para que este acuda a una revisión oftalmológica) son las fotografías con flash. Si al fotografiar los ojos con flash las pupilas (o una sola) aparecen blancas o blanquecinas, puede ser indicativo de la presencia de leucocoria.

En estos casos, se recomienda que el paciente acuda de forma inmediata al oftalmólogo para que éste pueda llevar a cabo una revisión rutinaria y valorar si necesita algún tratamiento concreto o no. 

¿Cuáles son las causas de la leucocoria?

Como se ha explicado, la leucocoria es un síntoma, no un problema ocular en sí mismo y puede estar causada por muchos factores. 

Retinoblastoma

  • El retinoblastoma es un tipo de cáncer de ojo  que se suele manifestar en niños y que comienza como una proliferación de células malignas en los tejidos de la retina.
  • Se presenta con leucocoria en el 60% de los casos.
  • Puede causar ceguera y también puede poner en peligro la vida del paciente.

Enfermedad de Coats

  • La enfermedad de Coats se caracteriza por la presencia de dilataciones vasculares (telangiectasias) en la retina.
  • Se presenta, sobre todo, en varones.
  • Puede conducir a un desprendimiento de retina y a ceguera unilateral.

Cataratas pediátricas

  • Las cataratas pediátricas son opacidades del cristalino que están presentes desde el nacimiento o que se desarrollan durante la primera infancia.
  • Provocan que la luz no se enfoque correctamente sobre la retina y causan visión borrosa o distorsionada.
  • Pueden afectar al desarrollo visual del niño.

Uveítis pediátrica

  • La uveítis pediátrica es una enfermedad inflamatoria grave relativamente infrecuente.
  • Afecta al iris, al cuerpo ciliar o a la coroides.
  • Puede tener consecuencias graves o muy gras sobre la visión del niño.

Toxiocariasis y toxoplasmosis

  • La toxiocariasis y la toxoplasmosis son infecciones humanas provocadas por parásitos que se encuentran en los animales.
  • Además de a otros órganos, pueden afectar a la visión, provocando lesiones inflamatorias que se manifiesten en leucocoria y deriven en uveítis y/o coriorretinitis.

Retinopatía del prematuro

  • La retinopatía del prematuro se manifiesta con el desarrollo anormal de vasos sanguíneos en la retina y aparece en bebés que nacen prematuros y con poco peso.
  • Origina complicaciones oculares graves que pueden evitarse con un tratamiento preventivo.
  • Entre las complicaciones que pueden provocar destaca el desprendimiento de retina.

Desprendimiento de retina

  • La leucocoria suele presentarse cuando el desprendimiento de retina es total.
  • La retina desprendida impide la formación del reflejo rojo-anaranjado que da la retina sana.

Endoftalmitis endógena pediátrica

  • La endoftalmitis endógena pediátrica es una infección intraocular infrecuente que llega al ojo a través del flujo sanguíneo procedente de otra zona del organismo.
  • Su pronóstico visual es malo, ya que si no se diagnostica y se trata a tiempo puede provocar complicaciones oculares severas e irreversibles.

Vítreo primario hiperplásico persistente

  • Es una patología congénita que está provocada porque, durante el embarazo (semana 20), se produce un fallo en la regresión del vítreo primario y de la vasculatura hialoidea del embrión.
  • Es la segunda causa más frecuente de leucocoria infantil.

Hamartoma astrocítico retiniano

  • El hamartoma astrocítico retiniano o astrocitoma retiniano es un tumor benigno de la retina.
  • Suele estar asociado a otras patologías, como  la esclerosis tuberosa o la neurofibromatosis.

Enfermedad de Norrie

  • Es un defecto del desarrollo embrionario poco frecuente que se caracteriza por el desarrollo anómalo de la retina que provoca la aparición de un pseudoglioma.
  • Provoca leucocoria en ambos ojos.
  • La lesión suele progresar hasta provocar la atrofia de los globos oculares y la ceguera.

Coloboma retinocoroideo

  • El coloboma es un defecto congénito que puede afectar al iris, al cristalino, a la coroides, a la retina… Se manifiesta como una falta de tejido.
  • El coloboma retinocoroideo suele presentarse como leucocoria.
  • La complicación más frecuente es el desprendimiento de retina regmatógeno.

Vitreorretinopatía exudativa familiar

  • La vitreorretinopatía exudativa familiar se desarrolla como consecuencia de una anomalía genética que afecta al crecimiento y desarrollo de los vasos sanguíneos de la retina.
  • Se produce una vascularización anómala e incompleta de la retina periférica que conduce a problemas que van desde la ausencia de síntomas hasta a anomalías menores o, incluso, a desprendimiento de retina que lleva a la ceguera.

Meduloepitelioma

  • El meduloepitelioma es un tumor no hereditario que aparece en la región del cuerpo ciliar y suele tener un crecimiento lento.
  • Provoca: disminución de la visión, aumento de la presión intraocular, cierre angular localizado, leucocoria, cataratas y ojos rojos.

Síndrome de mielinización de las fibras nerviosas de la retina

  • Las fibras de mielina son fibras nerviosas que aparecen en el fondo de ojo por un desarrollo anormal.
  • Son asintomáticas, excepto porque causan leucocoria y se asocian a miopía, ambliopía y estrabismo.

Síndrome de Bloch-Sulzberger o incontinencia pigmentaria

  • La incontinencia pigmentaria es una enfermedad cutánea poco común que se transmite de padres a hijos.
  • Además de a otros órganos, también afecta a los ojos, provocando, entre otros problemas, fibrosis vitreorretiniana que es lo que genera la leucocoria.

De todas formas, ante un aparente caso de leucocoria, es indispensable que sea un oftalmólogo quien revise al paciente. De esta forma, se podrá determinar de forma segura si se está ante un caso de leucocoria y se podrá establecer cuál es la causa concreta  que la provoca e indicar un tratamiento, si fuera necesario. 

¿Cuáles son los peligros de la pupila blanca?

La leucocoria, o pupila blanca, no supone un peligro por sí misma, aunque sí pueden existir riesgos asociados al problema ocular que la pueda causar que van desde la aparición de problemas oculares como la ambliopía, las cataratas, las hemorragias intravítreas o el desprendimiento de retina, hasta la muerte.

Por esta razón, es imprescindible un diagnóstico efectivo del origen de la pupila blanca que permita determinar la gravedad o no de la situación. 

¿Cuál es el tratamiento para la pupila blanca?

El tratamiento de la pupila blanca estará en consonancia con el origen concreto que la cause. Por ello, en caso de que el paciente requiera tratamiento, éste estará centrado en solucionar el problema o la enfermedad que la cause, y no tanto en tratar la leucocoria o pupila blanca en sí misma. 

  • Si la leucocoria la provoca una enfermedad tumoral, como el retinoblastoma, los tratamientos más habituales son:
    • Quimioterapia.
    • Fotocoagulacón.
    • Crioterapia.
  • Si es consecuencia de un traumatismo o una lesión intraocular, lo más frecuente es que sea necesaria una cirugía intraocular.

Estos procesos siempre irán acompañados de un periodo de supervisión y de recuperación del paciente.

Hay que recordar que, cualquier tratamiento será más efectivo y sencillo de aplicar si se comienza en las fases iniciales del problema o de la enfermedad ocular. Por ello, si alguien sospecha que se puede estar sufriendo leucocoria, se recomienda acudir lo antes posible al oftalmólogo para que pueda evaluar su situación.

¿Qué tiene que ver la leucocoria con el retinoblastoma?

El retinoblastoma es la causa de leucocoria más grave. Se trata de una enfermedad cancerígena en la que aparecen células malignas en los tejidos de la retina. El origen suele ser una mutación genética, tanto heredada como espontánea y ocurre únicamente en la edad infantil temprana.

¿La leucocoria siempre es grave?

  • La leucocoria en niños siempre constituye un signo clínico alarmante, ya que en el 50% de los casos se traduce en la presencia de un retinoblastoma avanzado. Por eso, cuando la aparición de pupila blanca se da en la infancia, se considera una urgencia oftalmológica. El resto de leucocorias infantiles pueden ser síntoma de otras patologías que no comprometen tan gravemente la salud visual de los más pequeños.
  • En el caso de los adultos, es importante consulta con un médico si se percibe cualquier cambio de color en la pupila del ojo.

Conclusiones clave

La leucocoria o pupila blanca es un signo clínico que se caraceriza por la aparición de un reflejo o mancha blanca en la pupila.

Especialmente en el caso de los niños, puede ser un síntoma de enfermedades graves, como el retinoblastoma, que afecta seriamente a la visión y puede poner en peligro la vida del paciente.
* También se asocia a otros problemas congénitos, como la retinopatía del prematuro, o adquiridos, como infecciones y traumatismos.

Fuentes



 

Qué es y para qué sirve un examen con lámpara de hendidura

Examen con lámpara de hendidura

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Un examen con lámpara de hendidura es una prueba oftalmológica que sirve para analizar las distintas estructuras del globo ocular: superficie, parte interior, parte superior y retina, amplificando todos estos órganos y realizando un estudio desde la parte delantera a la trasera del ojo.

¿Qué es una lámpara de hendidura?

Para la realización de este examen se utiliza un dispositivo óptico conocido como lámpara de hendidura o biomicroscopio, el cual permite la exploración de las diversas estructuras del ojo, especialmente las posteriores.

Este aparato es un microscopio binocular que incorpora una luz muy potente y que permite:

  • Visualizar en tres dimensiones.
  • Amplificar entre 6 y 40 aumentos las imágenes.
  • Se le pueden adaptar lentes especiales para visualizar las partes más profundas del ojo, como el humor vítreo, la retina, o el disco óptico.
  • El sistema óptico permite al oftalmólogo examinar el ojo en secciones transversales, creando una “hendidura” o abertura estrecha y vertical en la estructura ocular.
  • Posee también un brazo móvil con un sistema de iluminación que posibilita variar el ángulo sobre el que enfoca la luz sobre la superficie del ojo. El especialista puede seleccionar la potencia, el alto, el ancho y el color de la luz según lo que quiera examinar.

La combinación de tamaño, posición, intensidad y ángulo de la luz permite emplear múltiples técnicas de exploración:

  • Iluminación difusa.
  • Iluminación directa.
  • Iluminación indirecta.
  • Retroiluminación.
  • Dispersión escleral.
  • Reflexión especular…

Por su capacidad para facilitar el diagnóstico de muchas enfermedades y afecciones de la vista e, incluso, enfermedades que no tienen nada que ver con los ojos de forma directa, como algunos tipos de cánceres, la lámpara de hendidura es, hoy en día, una de las herramientas más utilizadas en oftalmología.

¿Para qué sirve el examen con lámpara de hendidura?

Al permitir al especialista observar de una forma amplificada los distintos componentes, así como la estructura del ojo, mediante esta prueba es posible detectar enfermedades como:

En algunos casos, además, puede ofrecer indicios de patologías que no están relacionadas directamente con la vista, como algunos tipos de cáncer o trastornos de la sangre.

La lámpara de hendidura también se utiliza durante los exámenes preoperatorios y postoperatorios de algunas cirugías oculares, como la cirugía de cataratas o la cirugía refractiva.

Las revisiones de la salud ocular son importantes para detectar y tratar patologías, prevenir la pérdida de visión, evaluar la salud general y garantizar una atención adecuada en caso de enfermedades oculares crónicas.

Durante una revisión ocular con lámpara de hendidura, el oftalmólogo examinará los ojos en busca de cualquier signo de patologías oculares, ya que su detección temprana puede ayudar a prevenir la pérdida de visión o ralentizar su progresión.

Examen con lámpara de hendidura

¿Cómo es la preparación y el procedimiento?

Preparación

Esta prueba es indolora, muy rápida y no necesita ningún tipo de anestesia o sedación.

En algunas ocasiones, el especialista puede optar por el uso de:

  • Gotas para dilatar la pupila. El objetivo del uso de este medicamento es agrandar las pupilas para obtener una mejor visión de la parte posterior del ojo. Si se usan estas gotas, durante unas horas es posible que el paciente note que sus ojos están más sensibles a la luz de lo habitual. En cualquier caso, se trata de molestias leves y pasajeras.
  • Colirio de fluoresceína. Con el fin de facilitar el examen de la córnea y de la capa lagrimal, el oftalmólogo puede utilizar un tinte amarillo llamado fluoresceína, ya sea en forma de gotas o contactando la esclerótica con una tira de papel teñida de colorante. Dicho tinte se va eliminando por sí mismo a medida que el paciente parpadea.

Procedimiento

  1. El paciente simplemente debe colocar la mandíbula o mentón sobre el soporte de la lámpara de hendidura  y mirar fijamente a una luz que sale del interior del equipo, procurando parpadear lo menos posible.
  2. A continuación el oftalmólogo encenderá la lámpara de hendidura y enfocará un haz de luz estrecho de alta intensidad al ojo de paciente. Esto le permite tener una visión muy detallada, exhaustiva y amplificada de las distintas estructuras del ojo, en especial de la retina.
  3. Durante la prueba, el médico examinará todas las zonas del ojo:

El médico examinará primero las zonas anteriores del ojo y, a continuación, volverá a realizar el examen con una lente diferente para examinar la parte posterior del globo ocular.

¿Cuáles son los riesgos del examen con lámpara de hendidura?

Por lo general, someterse a un examen con lámpara de hendidura no entraña ningún riesgo.

En el caso de que el oftalmólogo emplee gotas para dilatar las pupilas del paciente, debemos tener en cuenta que, aunque son poco frecuentes, estos colirios pueden tener efectos secundario:

  • Ataque de glaucoma de ángulo cerrado.
  • Mareos.
  • Sequedad de boca.
  • Enrojecimiento de la cara.
  • Náuseas y vómitos.

¿Qué significan los resultados anormales?

Si los resultados del examen con lámpara de hendidura son anormales es porque el oftalmólogo ha detectado:

  • Infección.
  • Inflamación.
  • Aumento de la presión intraocular.
  • Degeneración de las arterias o venas del ojo.

El médico puede recomendar la realización de más pruebas para obtener un diagnóstico definitivo.

¿Cuánto tiempo se tarda en obtener los resultados?

Los resultados se obtienen de forma inmediata.

¿Con qué frecuencia debo realizarme este examen?

La frecuencia de las revisiones oftalmológicas puede variar según diferentes factores:

  • La edad.
  • Los antecedentes médicos y familiares.
  • La presencia de afecciones oculares previas.

¿Quién inventó la lámpara de hendidura?

El sistema predecesor de la lámpara de hendidura moderna fue desarrollado en 1911 por el físico sueco y premio Nobel Allvar Guillstrand en colaboración con Zeiss Optical Works. Guillstrand utilizó su invento para avanzar en la investigación de la estructura de la córnea y el astigmatismo.

¿Qué otro nombre tiene la lámpara de hendidura?

La lámpara de hendidura también se conoce como biomicroscopio.

Conclusiones clave

Un examen con lámpara de hendidura o biomicroscopio es una prueba oftalmológica que permite analizar en profundidad las estructuras oculares.

Se realiza en la mayor parte de las revisiones oculares.
* El objetivo de este procedimiento es descartar la presencia de muchas enfermedades oftalmológicas, como las cataratas o el glaucoma.

Fuentes



 

Coloboma ocular: qué es, tipos, síntomas y tratamientos

Primer plano ojo mujer con un defecto en el iris

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El coloboma es un problema ocular que se manifiesta en la falta de tejido normal en alguna de las partes del ojo. El coloboma más común es el que afecta al iris.

Si quieres conocer más detalles sobre qué es el coloboma, cuáles son sus causas y síntomas y cómo se trata, sigue leyendo este artículo.

¿Qué es el coloboma?

El coloboma es una enfermedad, habitualmente congénita, que provoca una zona de tejido ausente en alguna de las partes del globo ocular: el iris, el cristalino, el párpado, la mácula, el nervio óptico…

El coloboma puede afectar a no o ambos ojos. Si ambos ojos están afectados, las consecuencias del problema pueden ser iguales o diferentes en cada uno de ellos.

Los colobomas afectan aproximadamente a 1 de cada 10.000 bebés nacidos cada año, aunque, como no todos los colobomas causan síntomas perceptibles, esa cifra podría ser aún mayor. Algunas personas padecen un coloboma no diagnosticado y nunca presentarán síntomas ni complicaciones.

 

¿Qué causa el coloboma?

  • Muchos casos de coloboma, aunque no todos, presentan un carácter congénito (es decir, están presentes desde el nacimiento) y son de origen normalmente desconocido. Un pequeño número de casos tienen carácter hereditario.
  • También puede producirse como consecuencia de un traumatismo en el ojo.
  • En algunos casos, el coloboma se debe a una cirugía ocular.
  • En raras ocasiones, el coloboma se presenta junto a enfermedades o problemas que afectan a otras partes del cuerpo, como el síndrome CHARGE y el síndrome de Wolf-Hirschhorn.

¿Qué tipos de coloboma existen?

El tipo de coloboma más común es el coloboma del iris. Se trata de un agujero o defecto en el iris y se manifiesta como una segunda pupila o en forma de una especie de ranura negra que aparece en el borde de la pupila, confiriéndole una forma irregular. También puede presentarse como una fisura en el iris.

Además de en el iris, un coloboma puede tener lugar en otras partes del ojo, produciéndose malformaciones o irregularidades en las mismas:

  • Coloboma del cristalinoEn este caso falta una parte del cristalino. El cristalino es la parte interior transparente del ojo que ayuda a enfocar la luz en la retina, una capa de tejido sensible a la luz en la parte de atrás del ojo. Las personas con coloboma del cristalino corren un mayor riesgo de sufrir cataratas, lo que puede hacer que su visión sea borrosa o menos colorida.
  • Coloboma del párpado. En este caso falta parte del párpado superior o del inferior. El coloboma de párpado más común es el que afecta al superior. Por lo general, se ve como una hendidura o hueco en el párpado, pero, en los casos más graves, puede faltar toda la parte visible de esta estructura periocular. Los párpados protegen la córnea, la capa frontal transparente del ojo. En las personas con coloboma del párpado, la córnea no tiene esta protección. Si se deja sin tratar, el coloboma del párpado puede causar síndrome del ojo seco y problemas de visión.
  • Coloboma macular. En el caso del coloboma macular, falta una parte de la mácula. La mácula es un área de la retina que es responsable de la visión central nítida que necesitamos para hacer actividades como leer o conducir. Las personas con coloboma macular podrían tener visión borrosa o grandes puntos ciegos.
  • Coloboma del nervio ópticoEn el coloboma del nervio óptico, el nervio óptico, un nervio que conecta el ojo con el cerebro, no está completamente formado. Las personas con coloboma del nervio óptico podrían tener visión borrosa o grandes puntos ciegos.
  • Coloboma coriorretiniano. El coloboma coriorretiniano generalmente no causa problemas de visión. Sin embargo, en casos muy raros, la retina puede desprenderse de su posición normal en la parte de atrás del ojo. Esto se conoce como desprendimiento de retina.

¿Cuáles son los síntomas de un coloboma?

Algunos colobomas no provocan síntomas, pero otros pueden ocasionar graves problemas de visión.

Los síntomas dependerán del lugar del ojo donde se ha desarrollado el coloboma y del tipo de tejido que falte.

Síntomas estéticos

El principal signo de un coloboma suele ser visual y depende de la zona en la que se encuentre .

  • El iris de una persona afectada de coloboma tiene una forma extraña e irregular que se puede detectar a simple vista. Se trata de un iris que, en ocasiones, tiene la apariencia del ojo de un gato o la forma de una cerradura
  • Un coloboma en el párpado se caracteriza por una falta de desarrollo, más o menos evidente en función de cada caso. 

Primer plano ojo mujer con un defecto en el iris

Síntomas visuales

En lo que respecta a la afectación a la vista, no tiene porqué producirse en todos los casos de coloboma.

Los problemas visuales aparecerán o no dependiendo de:

  • El tipo de coloboma.
  • Su tamaño.
  • Otras circunstancias.

Colobomas del iris

Algunos colobomas del iris pueden provocar anomalías visuales, sobre todo si no se encuentran adheridos a la pupila, ya que en estos casos es posible que se forme una imagen secundaria distorsionada en la parte posterior del ojo. Cuanto esto ocurre, el paciente puede notar uno o varios de estos síntomas:

Colobomas de tejidos del fondo de ojo

Un niño con un coloboma en la parte posterior del ojo probablemente tendrá una visión reducida.

Los niños a los que les falta una parte de la retina tendrán un defecto del campo visual, lo que significa que no tendrán visión en un lugar específico (por ejemplo, perderán parte de su visión periférica o lateral).

Puede que la pérdida de visión causada por un coloboma no sea notable en el nacimiento.

¿Cómo se diagnostica el coloboma?

Cuando el coloboma es congénito, que es lo más habitual, esta condición suele ser detectada en las revisiones habituales y protocolarias que se realizan a todos los bebés después de su nacimiento.

Con el fin de comprobar que el bebé no tenga otros problemas de desarrollo del aparato visual, algo que ocurre en algunos casos de nacidos con coloboma del ojo, el pediatra realizará un examen físico exhaustivo y detallado de la parte interna del ojo.

Esta exploración puede complementarse con una resonancia magnética para revisar las conexiones entre el nervio óptico y el cerebro.

¿Cuál es el tratamiento para el coloboma?

El tratamiento dependerá básicamente de tres factores:

  • El tipo de coloboma.
  • El nivel o grado de afectación.
  • Los síntomas que esté provocando.

Tratamiento de los síntomas estéticos

Algunos colobomas de iris que, como hemos dicho es el más frecuente de todos, solo provocan problemas estéticos, que pueden disimularse con lentes de contacto de color o, en los casos más notables, optar por una cirugía.

Existen, además, diversos procedimientos quirúrgicos para reparar colobomas palpebrales.

Tratamiento de los síntomas visuales

En los casos en que los colobomas provocan anomalías visuales, será necesario recurrir a otros tratamientos:

  • Dispositivos ópticos para corregir la disminución de la agudeza visual.
  • Tratamientos con láser específicos para eliminar o minimizar algunas complicaciones derivadas de ciertos colobomas, como el crecimiento anormal de vasos sanguíneos en la parte trasera del ojo.
  • Cirugía para corregir las cataratas.
  • Por último, señalaremos que algunos colobomas también pueden provocar ojo vago (ambliopía). En estos casos, el especialista puede prescribir los tratamientos habituales, como la colocación de parches en el ojo sano para estimular al que se está quedando rezagado en su desarrollo visual.

¿Cuándo contactar con un profesional médico?

  • La mayor parte de los colobomas se diagnostican en el momento del nacimiento, pero será necesario recurrir a un médico cuando:
  • El niño presenta lo que parece un agujero en el iris o una pupila de contorno inusual.
  • La visión del niño disminuye o se vuelve borrosa.

¿Qué síndromes están asociados con el coloboma?

Algunos pacientes presentan un coloboma como parte de un síndrome que afecta a otros órganos y tejidos del cuerpo. Estas formas de la enfermedad se describen como sindrómicas. Cuando el coloboma se produce por sí solo, se describe como no sindrómico o aislado.

Colobomas de úvea

Los colobomas de úvea (iris o coroides) se pueden asociar a numerosas anomalías sindrómicas y cromosómicas como:

  • Síndrome de deleción 13q.
  • Síndrome de Aicardi.
  • Síndrome del nevo basocelular (carcinoma).
  • Síndrome de Catel-Manzke.
  • Síndrome del ojo de gato.
  • Síndrome CHARGE.
  • Aracnodactilia contractural congénita.
  • Sinostosis humeroradial.
  • Síndrome de Kabuki.
  • Síndrome de microftalmia de Lenz.
  • Síndrome del nevo sebáceo lineal.
  • Síndrome de Meckel-Gruber.
  • Síndrome de MIDAS.
  • Síndrome orofacial-digital (tipo VIII).
  • Síndrome de Rubinstein-Taybi.
  • Síndrome de Sjögren-Larsson.
  • Trisomía 13 (síndrome de Patau).
  • Trisomía 18 (síndrome de Edwards).
  • Síndrome de Walker-Warburg.

Colobomas del párpado

  • Los colobomas del párpado superior pueden estar asociados con el síndrome de Goldenhar.
  • Por el contrario, los colobomas del párpado inferior suelen estar asociados con el síndrome de Treacher-Collins.

¿Cómo puedo prevenir un coloboma?

El coloboma congénito no se puede prevenir, ya que es producto de la genética.

El coloboma secundario a un traumatismo o una cirugía se puede prevenir hasta cierto punto tomando algunas medidas:

  • Evitando golpes en la cabeza, especialmente en las zonas próximas al globo ocular.
  • Poniéndose en manos de oftalmólogos expertos.

Aunque el coloboma no puede prevenirse, si se padece, es fundamental un seguimiento que evite dolencias derivadas.

Conclusiones clave

El coloboma es una malformación del globo ocular, normalmente congénita, por la que existe una falta de tejido en alguna de las partes del ojo.


* El coloboma más común es el que afecta al iris, aunque también puede manifestarse en los párpados, el cristalino, la mácula, el nervio óptico…

* Sus consecuencias pueden ser estéticas o visuales.
*
Existen diversos tratamientos para las consecuencias estéticas.

* El tratamiento de las consecuencias visuales se determinará en función de los problemas asociados.

Fuentes



 

Prótesis ocular: qué son, qué tipos existen y cuánto cuestan

Diagrama ojo

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La utilización de una prótesis ocular está indicada en aquellos pacientes que, debido a una lesión grave, han perdido una parte o la totalidad del globo ocular. El uso de este tipo de prótesis ayuda a que los pacientes lleven una vida normal y, además, contribuye a proteger la zona afectada. 

¿Qué es una prótesis ocular y qué función tiene?

Una prótesis ocular es una pieza artificial que se utiliza para reemplazar la parte del ojo que el paciente ha perdido después de un accidente o de una lesión grave.

Las prótesis oculares desarrollan diferentes funciones.

Función estética

Este tipo de piezas se utilizan principalmente por motivos estéticos.

Contar con una prótesis ocular permite que el paciente tenga un aspecto simétrico respecto al ojo que conserva, lo que le ayuda desde una perspectiva estética, pero que también afecta a su capacidad de interacción social y a su estado emocional. Por eso, conseguir una buena reconstrucción plástica del ojo con una prótesis ocular ayudará a mejorar la calidad de vida del paciente.

Función protectora

Además, hay que tener en cuenta que las prótesis oculares, más allá de contar con un valor estético, también pueden cumplir una función importante de protección de la zona afectada.

Es lo que sucede, por ejemplo, en el caso de pacientes que conservan el párpado del ojo pero no así el globo ocular, ya sea total o parcialmente. En estas situaciones, la prótesis ocular ayuda a mantener el párpado en su posición correcta, lo que evita que éste se termine descolgando y podría implicar que el paciente tuviera que someterse a una cirugía en el futuro. 

¿Cuándo se recomienda el uso de una prótesis ocular?

El uso de una prótesis ocular se recomienda siempre que el globo ocular del paciente se haya visto dañado de forma grave hasta perder una parte considerable de su volumen.

La utilización de este tipo de prótesis siempre debe estar supervisada por un profesional médico, que recomendará al paciente la solución más adecuada a su situación y el tipo de prótesis que mejor se adapte a cada caso. 

¿Qué tipos de prótesis oculares existen?

En general, se pueden distinguir tres tipos: 

Prótesis ocular simple o doble

  • Este tipo de prótesis ocular se fabrica de forma manual y está destinada a sustituir la parte del ojo o el ojo completo del paciente.
  • Están indicadas en casos de enucleación (extirpación del globo ocular mediante cirugía).
  • Se fabrican de forma personalizada y adaptada a la forma de cada paciente. 
  • Las prótesis dobles y simples se diferencian por su grosor. Dependiendo del espacio disponible en la cavidad ocular, se elegirán unas u otras.

Carillas cosméticas

  • En este caso, se trata de un tipo de prótesis que está indicada en pacientes que conservan su ojo o parte de él pero que, por cualquier motivo, se presenta retraído. De esta forma, la carilla cosmética permite añadir el volumen necesario para conservar la curvatura natural del globo ocular.
  • Las carillas cosméticas también se fabrican de forma personalizada, imitando el iris natural del paciente y aportando un acabado estético similar al de una prótesis ocular simple o doble.

Conformadores 

  • Los conformadores son un tipo de prótesis blanca o transparente que se coloca al paciente de forma previa a que este reciba su prótesis definitiva, ya que, como están fabricadas de forma personalizada, las prótesis oculares simples y dobles y las carillas cosméticas requieren determinado tiempo de fabricación. 
  • La principal función de los conformadores es mantener la cavidad ocular hasta que se coloque la prótesis definitiva.

¿Cuánto se tarda en hacer una prótesis ocular?

El tiempo que se tarda en fabricar una prótesis ocular dependerá de cada situación:

  • Del tamaño y forma de la prótesis.
  • De la disponibilidad del propio paciente. Esto se debe a que, en muchos casos, las prótesis se realizan con el paciente delante, lo que permite pintar la prótesis de la forma más natural posible, ya que imita a la perfección al otro ojo del paciente.

De esta forma, el proceso se puede alargar desde una semana a un par de meses, aproximadamente. 

Proceso de adaptación de una prótesis ocular: ¿cómo se hace?

La adaptación de la prótesis oculares es un procedimiento personalizado que requiere varias sesiones con el paciente, ya que cada prótesis es única y se adapta a las necesidades individuales del paciente.

El procedimiento completo se puede dividir en diferentes pasos:

  1. El especialista realizará un molde de la cavidad del ojo del paciente y llevará a cabo pruebas de compatibilidad para garantizar que el material elegido no cause alergias. Hasta hace pocos años, el vidrio era el principal material utilizado para fabricar prótesis oculares, pero la llegada de los productos sintéticos hizo que cayera en desuso. En la actualidad, las prótesis se elaboran con polimetilmetacrilato (PMMA) o silicona, componentes muy ligeros, compactos y duraderos con excelentes características estéticas.
  2. Una vez seleccionado el material, el especialista trabajará directamente con el paciente para adaptar el patrón de cera con el que se fabricará la prótesis definitiva.
  3. En este paso se toman las muestras de color para pintar la parte del iris y de la esclera de la prótesis con el paciente presente para tener en cuanto todos los detalles, como los colores de la esclera, las venas y rasgos característicos de la persona.
  4. Por último, se lleva a cabo la elaboración de la prótesis ocular personalizada, utilizando materiales de alta calidad para garantizar la mejor adaptación y los mejores resultados estéticos. Esta prótesis es intransferible y única para cada paciente, ya que no se utilizan moldes prefabricados.

¿Cuánto cuesta una prótesis ocular?

El coste de una prótesis ocular dependerá de varios factores, como el tamaño de la prótesis y el material del que esté fabricada. Por lo general, la mayoría de este tipo de prótesis oculares suelen tener un precio medio que varía desde los 500 € hasta los 1.000 € aproximadamente, aunque cada caso deberá ser estudiado de forma individual y personalizada.

¿Con qué frecuencia debe sustituirse una prótesis ocular?

Lo normal es que una prótesis ocular dure aproximadamente 10 años, aunque es frecuente que muchas personas necesiten un reemplazo tras cinco años debido al sentamiento de tejido blando en la cuenca del ojo.

Cuidado, mantenimiento y limpieza de la prótesis ocular

Tras el implante de una prótesis ocular, algunas de las recomendaciones que los pacientes deben seguir para su cuidado y limpieza son las siguientes:

  • La retirada de la prótesis para su limpieza puede ser o no diaria, en función de las indicaciones del especialista.
  • No quitar la prótesis durante varios días seguidos debido a la dificultad que puede presentarse para volver a colocarla.
  • Para la limpieza de la prótesis, se recomienda el uso de líquidos para lentes de contacto flexibles o de gas permeable. Estos líquidos limpian y desinfectan la prótesis sin dañarla.
  • En los casos en los que el paciente presente secreciones similares a las legañas en cuadros catarrales o de gripe, la prótesis debe limpiarse minuciosamente.

¿Cuánto tiempo tarda en acostumbrarse el paciente a una prótesis ocular?

La adaptación a una prótesis ocular puede llevar tiempo. Es normal experimentar un período de ajuste.

¿Puedo nadar o hacer deporte con una prótesis ocular?

Realizar cualquier actividad deportiva no es incompatible con el uso de una prótesis. Sí se aconseja el uso de gafas de seguridad, sobre todo para los deportes acuáticos.

Conclusiones clave

Las prótesis oculares se utilizan cuando el paciente ha perdido el globo ocular total o parcialmente.

* Su función es estética y de protección.
Su adaptación se realiza de forma personalizada y utilizando materiales de alta calidad.

Fuentes

 



 

Aniridia: ¿qué es? ¿qué ocurre cuando no tenemos iris?

Ojo azul y amarillo

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La aniridia es una enfermedad ocular que se caracteriza por la pérdida total o parcial del iris. Aunque puede ser un trastorno adquirido debido a un accidente o a otras causas, generalmente se trata de una patología congénita.

Si quieres saber más sobre esta patología, sus causas y sus posibles tratamientos, sigue leyendo este artículo.

¿Qué es la aniridia?

La aniridia es una enfermedad crónica, congénita y hereditaria que suele afectar a los dos ojos (es bilateral) y se manifiesta en la ausencia del iris (anillo coloreado del ojo que rodea la pupila), a pesar de que este casi siempre existe de forma más o menos incipiente.

El iris es la membrana coloreada, contráctil y circular del ojo que separa la cámara anterior de la cámara posterior y que está situada detrás de la córnea y delante del cristalino. Estas dos cámaras están comunicadas a través de la pupila, que es la abertura central del iris cuyo tamaño es variable para controlar la entrada de luz al interior del ojo.

La aniridia afecta en España, aproximadamente, a 1 de cada 80.000-100.000 personas nacidas vivas (con la misma incidencia en hombres y en mujeres) y, como curiosidad, podemos decir que los pacientes con aniridia parecen tener el iris negro cuando en realidad los ojos completamente negros no existen.

¿Cuáles son las principales causas de la aniridia?

Defecto congénito

La aniridia suele estar provocada por una mutación del gen PAX-6, localizado en el cromosoma 11 (11p13), que impide el correcto desarrollo del globo ocular durante las primeras semanas de gestación.

De esta manera, aunque la manifestación del problema es la aparente ausencia de iris, en realidad es muy probable que muchas de las estructuras del ojo estén alteradas y poco desarrolladas, ya que este gen es el responsable de la formación del ojo, entre otros procesos.

El paciente con aniridia puede sufrir múltiples alteraciones visuales, bien porque estas aparezcan de forma congénita o bien porque vayan manifestándose a lo largo de los años, agravando ya su escasa agudeza visual. De hecho, cerca del 90% de los casos de aniridia se asocia con otras malformaciones oculares y, por tanto, sólo en un 10% de los pacientes aparece de forma aislada.

Otras causas

La aniridia también puede estar provocada por:

  • Traumatismos. En este caso hablamos de aniridia traumática.
  • Cirugías complicadas.

¿Qué tipos de aniridia existen?

Existen dos tipos de aniridia: la aniridia congénita, familiar o hereditaria y la aniridia esporádica.

Aniridia congénita (aniridia del tipo I)

Es una enfermedad autosómica dominante, es decir que la transmite solamente la persona portadora de la enfermedad a un 50% de sus descendientes directos, aproximadamente. Por lo tanto, es suficiente con que uno solo de los progenitores sea portador de un gen defectuoso para sufrir la enfermedad.

Aniridia esporádica (aniridia del tipo II)

En este caso no existen antecedentes familiares con la enfermedad pero, a partir de este momento, se convierte en hereditaria, de tipo autosómica dominante, teniendo un 50% de posibilidades de transmitir la alteración a los descendientes directos del paciente.

En cerca de una tercera parte de los casos, la aniridia es esporádica.

¿Cuáles son los síntomas de la aniridia?

Síntomas principales

La principal consecuencia de esta patología es que el ojo no puede controlar la entrada de luz a la retina, lo que genera fotofobia (intolerancia anormal a la luz), deslumbramientos y mala visión.

Es muy normal que las personas con aniridia, además, presenten:

  • Dificultad para la visión lejana y, especialmente, para distinguir los detalles de los objetos a contraluz.
  • También son habituales en estos pacientes los defectos refractivos, especialmente la hipermetropía.

Por lo tanto, las personas que padecen aniridia, además de sufrir una intensa fotofobia por la falta de iris, suelen tener una agudeza visual inferior a un 20% e, incluso inferior a un 10%, dependiendo de los problemas asociados que surjan en cada caso.

Otros síntomas

Como hemos dicho, aunque esta enfermedad afecta fundamentalmente a esta estructura del ojo (el iris, la parte coloreada), también puede involucrar a otras partes de este órgano, como la córnea, el cristalino o el nervio óptico, ya que aparece acompañada de otras alteraciones, como las cataratas, la luxación del cristalino, el glaucoma, la degeneración corneal, la ptosis palpebral, la atrofia del nervio óptico, el ojo seco, el nistagmus, la ambliopía o el estrabismo

Además de los problemas oftalmológicos, la aniridia puede aparecer relacionada con otras alteraciones, como patologías renales (tumor de Wilms), malformaciones genito-urinarias o retraso mental. Cuando estos problemas aparecen conjuntamente, los especialistas hablan de:

  • Síndrome de WAGR. Un trastorno genético poco frecuente caracterizado por un complejo inusual de anomalías congénitas del desarrollo, discapacidad intelectual y un mayor riesgo de desarrollar un tumor de Wilms. El 5% de las personas con aniridia padecen el síndrome de WAGR.
  • Síndrome de Gillespie o síndrome de aniridia-ataxia cerebelar-discapacidad intelectual. El 2% de las personas con aniridia sufren ataxia cerebelar.

¿Cómo se realiza el diagnóstico?

El diagnóstico de la aniridia es relativamente sencillo y se suele realizar durante los primeros días de vida, ya que en el paciente se observa una falta total o parcial del iris y la consiguiente fotofobia.

Un niño con aniridia recién nacido suele cerrar los ojos frente a una fuente de luz y se siente más cómodo en la penumbra. En estos casos, el oftalmólogo debe revisar al paciente y determinar la gravedad del problema, así como la aparición o no de posibles alteraciones asociadas.

¿Con qué frecuencia se necesitan exámenes oculares para la aniridia?

Una vez diagnosticado, es muy importante que el paciente con aniridia acuda a revisiones oftalmológicas periódicas durante toda la vida.

La frecuencia de las revisiones vendrá determinada por el oftalmólogo que realice el seguimiento, en función de las circunstancias individuales de cada paciente y de los problemas oculares que puedan aparecer y que están asociados a la presencia de la aniridia.

Los controles deben ser más frecuentes en el caso de los niños más pequeños y de los niños con problemas severos. En estos casos, además de las revisiones oftalmológicas, los niños deben realizarse ecografías abdominales cada tres meses para descartar la presencia de tumores renales (tumor de Wilms).

Si la evolución no es negativa y el paciente no padece glaucoma congénito asociado, quizás sea suficiente con una o dos revisiones al año.

¿Qué pronóstico tienen los pacientes con aniridia?

El pronóstico de las personas con aniridia es bastante difícil de concretar, ya que en cada paciente se presentan situaciones y evoluciones distintas en función de las alteraciones visuales asociadas que se manifiesten.

¿Existe tratamiento para la aniridia?

En la actualidad, no existe un tratamiento específico para la aniridia que englobe todos los problemas asociados a esta enfermedad, aunque sí se puede tratar cada una de estas alteraciones de forma individual a medida que se vayan diagnosticando.

Debemos tener en cuenta que, como hemos comentado con anterioridad, la aniridia es una enfermedad con una baja incidencia y los profesionales médicos, excepto algunos casos, no suelen tener la oportunidad de atender los casos suficientes para acumular experiencia e información sobre el diagnóstico, pronóstico y resultados quirúrgicos que ayuden a avanzar en el estudio de esta enfermedad.

Así, se puede intervenir al paciente de cataratas cuando sea necesario o tratar el glaucoma con fármacos (colirios tópicos) o mediante cirugía cuando el especialista lo considere. También es habitual que se empleen ayudas optométricas para baja visión (gafas, lupas, telescopios, atriles, flexos con lupas incorporadas, libros adaptados con letra grande, programas especiales de ordenador…) y filtros solares o gafas de sol especiales para reducir la fotofobia.

Algunos tratamientos quirúrgicos a los que se suelen someter los pacientes con aniridia son:

  • Operación de cataratas mediante facoemulsificación.
  • Trabeculectomía para prevenir las consecuencias de la presión intraocular elevada sobre el nervio óptico. Consiste en la creación de una válvula de drenaje en el ojo para la salida del humor acuoso.
  • Implantación de una lente intraocular para la reducción de la fotofobia, si esta no se puede controlar con otros métodos.
  • Trasplantes de córnea, en los casos más graves de degeneración corneal, siempre valorando los posibles efectos secundarios de esta intervención.

Por último, en los últimos años también se han desarrollado lentillas cosméticas con un iris artificial pigmentado que parece que alivian la fotofobia y disminuyen los síntomas del nistagmo (movimiento involuntario e incontrolable de los ojos). Estas lentillas cosméticas no siempre mejoran la visión del paciente.

Además, los diferentes especialistas médicos también deberán realizar revisiones para prevenir y tratar los problemas no visuales asociados a la aniridia, en el caso de los síndromes ya descritos.

¿Cómo se puede prevenir?

No existen actuaciones médicas que puedan prevenir la aniridia. La mejor alternativa es realizar un análisis genético a los niños que nacen con esta enfermedad y las revisiones periódicas y exhaustivas por parte de los pediatras y especialistas en oftalmología. El objetivo es garantizar una buena calidad de vida del paciente durante el mayor tiempo posible tratando de forma precoz las patologías asociadas a la ausencia total o parcial del iris.

Además, muchos especialistas aconsejan a las familias afectadas que se realicen un estudio genético.

¿Cuál es la diferencia entre coloboma de iris y aniridia?

Estas dos enfermedades presentan rasgos similares, por lo que es importante que el equipo médico realice un diagnóstico diferencial.

Tanto la aniridia como el coloboma de iris son trastornos genéticos que se manifiestan con una falta de tejido en esta zona del ojo.

Coloboma de iris

  • El coloboma de iris es un defecto congénito en el que se observa un orificio, fisura o hendidura del iris pero que, a diferencia de la aniridia, no suele provocar una pérdida de la agudeza visual.
  • No está asociado a otras enfermedades oculares, como el glaucoma o las cataratas.
  • Los colobomas suelen afectar al iris del ojo, pero también pueden presentarse en otros tejidos oculares, como el párpado, el cristalino, el nervio óptico o la retina.
  • El coloboma de iris hace que los ojos del niño presenten una pupila en forma de ojo de gato debido a la falta de tejido.
  • Suelen afectar a un solo ojo (aparecen unilateralmente).

Aniridia

La aniridia afecta a ambos ojos (aparece bilateralmente) y hace que un bebé nazca sin parte o sin todo el iris de sus ojos.

Conclusiones clave

La aniridia es una enfermedad que se manifiesta en la ausencia de iris o de parte de este tejido ocular.

* En la mayor parte de los casos tiene un origen congénito, aunque también puede estar provocada por un traumatismo o una cirugía fallida.

Provoca fotofobia, deslumbramientos y pérdida de la agudeza visual.

* Puede aparecer acompañada de otros problemas oculares (glaucoma, cataratas…). de patologías renales, malformaciones genito-urinarias o retraso mental.
El abordaje de la enfermedad pasa por el tratamiento individual de cada una de las patologías que vayan surgiendo en torno a la aniridia.

Fuentes



 

Papiledema bilateral: qué es, síntomas, causas y tratamiento

Médico revisando los resultados de unas pruebas de imagen

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El papiledema bilateral se produce como consecuencia de la inflamación del nervio óptico. Esta enfermedad , a su vez, suele estar vinculada con un aumento de la presión en el encéfalo, por lo que será necesario identificar correctamente la causa que ha provocado este aumento de la presión y aplicar el tratamiento adecuado en cada situación.

¿Qué es el papiledema bilateral?

El papiledema bilateral se produce cuando tiene lugar la inflamación del nervio óptico en ambos ojos, más concretamente de una zona denominada papila óptica, que es la cabeza del nervio óptico. También se denomina edema de papila bilateral.

Esta inflamación  se produce como consecuencia del aumento de la presión en una de las partes centrales del sistema nervioso, el encéfalo, o en las zonas que lo rodean.

La inflamación del disco óptico (como la que podría tener su origen en la neuritis óptica o en una neuropatía óptica isquémica) sin que se produzca un aumento de la presión en el encéfalo y/o su alrededor no se considera papiledema.

¿Cuáles son las causas del papiledema bilateral?

Hay que tener en cuenta que el origen del papiledema bilateral está vinculado a un aumento de la presión intracraneal. Por ello, habrá que buscar la posible causa en aquellas situaciones que puedan llegar a producir este aumento de presión en la zona. Las más comunes son las siguientes: 

  • Traumatismo craneoencefálico. 
  • Hemorragia cerebral. 
  • Encefalitis. 
  • Meningitis. 
  • Trombosis del seno venoso cerebral.
  • Hipertensión intracraneal idiopática. 
  • Abscesos cerebrales. 
  • Tumores cerebrales, como los ependimomas, los tumores neuroectodérmicos primitivos o los neurinomas, entre otros.
  • Hidrocefalia.
  • Hipertensión arterial incontrolada.

Otras causas menos comunes del papiledema bilateral pueden ser:

  • Alteraciones endocrinas.
  • Tumores de la médula espinal.
  • Anemia por deficiencia de hierro.
  • Síndrome de apnea obstructiva del sueño.
  • Síndrome de Guillain-Barré.
  • Malformaciones arteriovenosas.
  • Sarcoidosis.

Todos estos procesos pueden producir papiledema en ambos ojos, por ello, se habla de papiledema bilateral y no unilateral (el que afecta solamente a un único ojo). 

Médico revisando los resultados de unas pruebas de imagen

¿Cuáles son los síntomas del papiledema bilateral?

  • El papiledema temprano o incipiente no afecta a la agudeza visual central, la visión cromática o la función pupilar. Los pacientes pueden estar totalmente asintomáticos y, sin embargo, presentar edema de papila durante el examen del fondo de ojo.
  • En estadios más avanzados los pacientes con papiledema bilateral no suelen presentar dolor severo. En su lugar, lo más común es que manifiesten todos o algunos de los siguientes síntomas: 
    • Visión borrosa
    • Visión doble
    • Pérdida momentánea de la visión. 
    • Dolor de cabeza de intensidad moderada que suele empeorar con los movimientos oculares. 
    • Náuseas. 
    • Vómitos. 
    • Dolor de cuello o rigidez.

¿Cómo se realiza el diagnóstico del papiledema bilateral?

En el caso de este problema ocular resulta fundamental realizar un diagnóstico adecuado para descartar la existencia de otras patologías y para determinar cuál es el mejor tratamiento.

El diagnóstico del papiledema bilateral se puede realizar mediante distintas técnicas.

  • Lo más común es que la primera prueba sea un examen mediante oftalmoscopio, un instrumento que cuenta con una luz que permite explorar la parte posterior del ojo del paciente de forma fácil y sencilla, únicamente dilatando la pupila.
  • A continuación, se realizará una exploración oftalmológica que debe comprender: 
    • Examen de la agudeza visual.
    • Análisis de la visión cromática.
    • Valoración de la motilidad intrínseca y extrínseca.
    • Estudio del campo visual.
  • También se puede realizar una tomografía de coherencia óptica (OCT) para conocer el estado de la retina y del nervio óptico.
  • Además, si es necesario, estas pruebas se pueden complementar con una resonancia magnética nuclear (RMN) y/o una tomografía computarizada.
  • En algunos casos, se puede recurrir a la punción lumbar.

La elección de cada prueba dependerá de los síntomas de cada paciente y del resultado de las pruebas realizadas anteriormente. 

En cualquier caso, hay que tener en cuenta que el principal objetivo del diagnóstico será encontrar la causa que produce el aumento de presión en el encéfalo y que, en consecuencia, produce el papiledema bilateral.

Una vez que se haya realizado el diagnóstico, se podrá proceder a aplicar el tratamiento más aconsejable en cada caso. 

¿Cuál es el tratamiento para el papiledema bilateral?

El tratamiento del papiledema bilateral dependerá, principalmente, de la causa que lo propicie y su objetivo, desde el punto de vista oftalmológico, es la preservación de la función visual. De este modo, lo más habitual es que, en un primer momento, el tratamiento se centre en solucionar la causa que provoca el aumento de la presión en la zona de la cabeza y del nervio óptico. Reduciendo la presión craneal, se suele solucionar también el papiledema bilateral.

En cualquier caso, cada tratamiento dependerá de las características particulares y concretas de cada paciente, por lo que será necesario llevar a cabo un examen personal e individualizado en cada situación.

Para ello se tendrá en cuenta:

  • El estadio del papiledema.
  • Su tiempo de evolución.
  • La velocidad de instauración.
  • La respuesta a tratamientos previos.

Hipertensión intracraneal idiopática

En el caso de que se determine que el paciente sufre hipertensión intracraneal idiopática las medidas a tomar pasarán por:

  • Pérdida de peso.
  • Restricción de ingesta de sal.
  • Uso de ciertos medicamentos diuréticos, como la acetazolamida.

Meningitis bacteriana

En este caso, se utilizarán antibióticos.

Abscesos encefálicos

En esta situación, se drenará el absceso y se utilizarán antibióticos.

Tumores cerebrales

En estos pacientes es habitual el uso de corticoesteroides y la indicación de algún tipo de intervención quirúrgica.

Tratamiento quirúrgico

La cirugía se realiza cuando:

  • Se produce un deterioro de la visión y del campo visual, a pesar de que se está aplicando un tratamiento médico.
  • Existe una neuropatía óptica avanzada (papiledema crónico o papiledema atrófico) en el momento del diagnóstico.

Las opciones quirúrgicas son las siguientes:

  • Procedimientos de derivación del líquido cefalorraquídeo (lumbo-peritoneal, ventrículo-peritoneal y ventriculocisternostomía).
  • Fenestración de la vaina del nervio óptico. Consiste en realizar una incisión para reducir la compresión del nervio óptico con el fin de frenar el daño al mismo para evitar la ceguera.

Complicaciones del papiledema bilateral

  • Desde el punto de vista oftalmológico, es importante tratar el papiledema bilateral porque, si no se trata, puede provocar ceguera parcial o total en uno o ambos ojos, a pesar de que en fases iniciales la visión no suele verse comprometida.
  • Por otro lado, la presión intracraneal elevada, si es irreversible, puede conducir a serias secuelas neurológicas e, incluso, a la muerte.

¿Cómo se puede reducir el riesgo de padecer edema de papila?

Algunos factores que pueden reducir el riesgo de padecer papiledema bilateral, especialmente el que está asociado a la hipertensión intracraneal idiopática, son:

  • Mantener la tensión arterial bajo control.
  • Conseguir y mantener un peso saludable mediante una dieta equilibrada y actividad física regular.
  • Realizarse revisiones oftalmológicas periódicamente. Como sucede con la mayoría de las enfermedades, el diagnóstico precoz permite obtener mejores resultados con el tratamiento.

¿El papiledema bilateral es una emergencia médica?

El papiledema bilateral puede ser considerado una urgencia médica por dos motivos:

  • Porque puede indicar la presencia de patologías neurológicas potencialmente mortales que están provocando un aumento de la presión intracraneal.
  • Porque puede llevar a una pérdida de visión irreversible si el edema papilar no se reconoce y se trata a tiempo.

¿Qué aspecto tiene el papiledema bilateral?

El aspecto del disco óptico que el oftalmólogo analiza durante la revisión del fondo de ojo variará en función del tiempo de evolución de la inflamación.

Teniendo en cuenta esta duración, el papiledema bilateral se clasifica en cuatro etapas:

  • Papiledema incipiente. Se observa que los márgenes superior e inferior de la papila comienzan a borrarse. También se puede ver un aumento del flujo sanguíneo del disco óptico, aunque se conserva la excavación central propia de este punto del nervio óptico.
  • Papiledema agudo o desarrollado. Se incrementa el aspecto borroso de los márgenes papilares. El disco óptico aparece elevado y se observan hemorragias y exudados.
  • Papiledema crónico. El edema papilar disminuye y se reduce el tamaño del disco óptico por la atrofia de los axones del nervio. Se mantiene la borrosidad de la superficie del disco óptico y las hemorragias y exudados tienden a desaparecer.
  • Papiledema atrófico. Se produce una palidez progresiva del disco óptico, con bordes y superficie borrosos.

¿Cuál es la diferencia entre edema de papila y pseudoedema de papila?

El pseudopapiledema es un falso papiledema. En este caso, el disco óptico parece elevado, perdiendo su aspecto natural, pero no se debe a una inflamación del nervio óptico.

Conclusiones clave

El papiledema bilateral es un edema de los discos ópticos de ambos ojos que está provocado por un aumento de la presión intracraneal, sea cual sea su causa.

* En sus fases iniciales, puede no presentar síntomas, pero puede provocar una pérdida irreversible de la visión si no se trata a tiempo.

El objetivo del tratamiento es disminuir la presión intracraneal y evitar la pérdida de la función visual.

Fuentes



 

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