El estudio de la autofluorescencia del ojo es una prueba diagnóstica rápida y no invasiva que se emplea para diagnosticar y obtener información sobre múltiples enfermedades que afectan al fondo de ojo (retina y mácula) con el objetivo de seleccionar el tratamiento más indicado para cada caso.
Contenido
¿Qué es la autofluorescencia?
El estudio de la autofluorescencia es una prueba que se emplea para la exploración y el diagnóstico de enfermedades oftalmológicas que afectan al fondo de ojo: a la retina y a la mácula. Entre sus características destacan:
- Que es una prueba rápida que dura unos 5 minutos.
- Que es muy cómoda, tanto para el paciente como para el profesional que realiza la exploración.
- Que es un procedimiento no invasivo, especialmente si lo comparamos con otros métodos diagnósticos que emplean los especialistas en patologías de la retina, como la angiografía ocular. El estudio de la autofluorescencia presenta la ventaja de no requerir la inyección de contrastes intravenosos en el torrente sanguíneo del paciente.
- Que aporta una gran cantidad de información adicional in vivo sobre la situación funcional de las células y los pigmentos de la retina. De hecho, se ha mostrado como una herramienta de gran valor para evaluar y seguir la salud, función y posible deterioro celular de la retina.
- Que aporta muchos datos sobre el envejecimiento de la retina, de las patologías que pueda presentar y de la evolución y diagnóstico de las mismas. Facilita el diagnóstico precoz y permite detectar pequeños cambios retinianos
¿Cómo funciona la autofluorescencia?
Este procedimiento se basa en una propiedad que tiene el fondo de ojo: la autofluorescencia.
Esta cualidad es una capacidad intrínseca que presenta la retina humana normal y que consiste en la emisión de una luz en el espectro de longitudes de onda de los 500 a los 700 nm. Este proceso se da lugar en la retina, que es una capa situada en el interior del globo ocular compuesta por células que permiten este fenómeno.
En realidad, el principal componente autofluorescente del fondo de ojo es un indicador metabólico llamado lipofucsina, aunque también existen otros componentes autofluorescentes en el ojo, como la melanina.
La lipofucsina es un pigmento de color pardo-amarillento que queda de la descomposición y absorción de los glóbulos sanguíneos dañados y que, en el fondo de ojo y en condiciones normales, forma parte del epitelio pigmentario de la retina (EPR).
Por lo tanto, los cambios en este epitelio pigmentario, que pueden ser indicadores de una enfermedad ocular, como pueden ser depósitos anómalos de lipofucsina o cierto nivel de atrofia, se verán perfectamente cuando el oftalmólogo realice esta prueba.
¿Cómo se realiza el estudio de la autofluorescencia?
Para llevar a cabo el estudio de la autofluorescencia del ojo es necesario seguir estos pasos:
- Se dilata la pupila del paciente con gotas (colirios midriáticos) que suelen hacer efecto en unos 15 minutos. La dilatación de la pupila puede provocar en el paciente estos síntomas, que desaparecen pasadas unas horas:
- Visión borrosa, sobre todo de cerca.
- Deslumbramientos.
- A través de un instrumento, conocido como angiógrafo, se proyecta sobre el fondo del ojo una luz corta y brillante que permite observar el patrón de distribución de la fluorescencia sobre la superficie ocular. Se apreciarán:
- Zonas de hipoautofluorescencia. Zonas con menos autofluorescencia.
- Zonas de hiperautofluorescencia. Zonas de florescencia excesiva.
Cada patrón está asociado a una posible patología o situación concreta del estado del epitelio pigmentario de la retina.
- Se obtienen imágenes del fondo de ojo que luego serán analizadas e interpretadas por el oftalmólogo.
Por otro lado, existe dos tipos de angiógrafos:
- Angiógrafos que trabajan con longitudes de onda larga. Muestran la distribución de melanina, otro pigmento de la retina.
- Angiógrafos que trabajan con longitud de onda corta. Muestran la distribución de lipofucsina.
Actualmente los angiógrafos más usados trabajando con longitud de onda corta.
¿Para qué sirve?
El estudio de la autofluorescencia ha demostrado ser muy útil en el diagnóstico de enfermedades que afectan al epitelio pigmentario de la retina, especialmente cuando se produce alguna alteración morfológica de esta estructura del fondo de ojo.
Por ejemplo, es habitual que se emplee:
- Como prueba complementaria a otras pruebas diagnósticas de imagen como la OCT y la angiografía de fluoresceína para el diagnóstico de la degeneración macular asociada a la edad en su forma atrófica.
- Para el diagnóstico y seguimiento de distrofias hereditarias de la retina, como la retinosis pigmentaria o la enfermedad de Stargardt. La autofluorescencia permite identificar el tipo concreto de distrofia que tiene el paciente y es útil para orientar el consejo genético.
- Para la detección de tumores intraoculares.
- Para el diagnóstico de la toxicidad medicamentosa de la uveítis posterior.
Fuentes
- Wikipedia – Lipofuscina
- Scielo – Exposición a la luz, lipofuschina y degeneración macular asociada a la edad